En la guerra, todo vale, incluso confiar en un extraño ...
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Después de su primera clase de administración financiera con su encantadora nueva compañera. Izana trata de mantenerse firme y fuerte a pesar de que le preocupa que alguien en la habitación la haya marcado desde lejos, y con sus lentes negros ovalados camina hacia la salida del campus universitario para ir a su dormitorio. Sin embargo, Zana nota un movimiento extraño en toda la escuela y está preocupada por lo que estaba sucediendo. Luego se da cuenta de que fue una broma con los novicios, una guerra con globos bomba llenos de aguas de colores brillantes, tanto agua como tierra de colores. Izana intenta refugiarse en una habitación, esquiva las bombas y corre distraída, y cuando piensa en esconderse en la primera habitación que se pone frente a ella, se apresura a abrir la puerta donde termina chocando la cara contra el pecho de un extraño. , quien inmediatamente perdió el equilibrio y cayó al suelo, tirándola del brazo. Donde los dos escapan de las bombas de colores tras caer en la habitación vacía donde la puerta se cerró sola.
- Lo siento, lo siento, ¿te lastimaste?
- No.
- Solo estaba tratando de escapar de la broma, no te vi.
- ¿Está bien, jovencita?
- Mis anteojos, los perdí en el otoño.
- ¿Tus lentes?
Alfonso intenta ayudarla a encontrar sus lentes, pero no la encuentra en el suelo y cuando piensa en mirar hacia afuera ve el caos de tierra en el pasillo a través de la puerta e inmediatamente se agacha para que nadie pueda verlo. Izana le pregunta si puede encontrar sus anteojos, y él dice que probablemente sus anteojos ya no existen, poniéndola nerviosa.
- Dios mío, ¿cómo voy a volver al dormitorio a ciegas así?
- ¿No tienes vasos extra en tu bolso?
- No. Ésos eran mis únicos anteojos.
- Grave. Lo normal es que alguien tenga al menos tres vasos adicionales.
- En mi mundo eso tiene tres vasos extra y rico.
Alfonso se toca desde fuera y se da cuenta de que no estaba en casa. Luego mira a la joven y reconoce su rostro, era la misma que se tropezó con él cuando Alfonso llegó a la estación de autobuses. Ella era la chica de la divertida foto de familia.
- ¡Tú y la chica de la estación de autobuses!
- Perdon, pero no entendi.
- Nos encontramos en la estación de autobuses, tú, la chica de la foto divertida.
Izana mira al chico, pero su visión es borrosa y no puede ver bien. Alfonso se da cuenta de que ella estaba forzando sus ojos y trata de no sobrecargarla con eso. Y sale un ruido fuera de la puerta, y Alfonso acerca a la niña y se esconde detrás de una calavera con una bata de laboratorio y le pide silencio, quien inmediatamente obedece.
- ¿Estás seguro de que escuchaste ruido de conversación aquí, Fábio?
- Tengo a Leandro.
- Te estás volviendo loco y lees.
- No soy un hombre. Vi a alguien adentro y luego un parloteo.
- Pero no hay nadie aquí.
- Al menos miramos, escuchaste las reglas, no podemos dejar que ningún estudiante de primer año se escape de las bombas de pintura. Si todos están pintados, todos los veteranos obtienen puntos en las historias.
- Yo se. Corramos tras todos.
- Vamos.
Los veteranos salen de la habitación con las bombas de pintura en busca de más estudiantes de primer año. Mientras Izana estaba siendo abrazada por un extraño musculoso, de olor dulce, piel suave, voz suave e increíble caballerosidad. Y sigue intentando recordar su rostro en la estación de autobuses, pero no puede. Hasta que se suelta y dice que ahora están a salvo.
- Eso es todo, se han ido. Estamos a salvo.
- Cuesta.
- ¡Qué montón de locos, verdad!
- Es una broma y somos los objetivos.
- Kkkk aparentemente somos los únicos que escapamos.
- ¿Hasta cuando?
- ¿Como asi?
- Si me llevas contigo a ciegas así te conviertes en un blanco fácil.
- Nada.
- Lo molestaré señor ...
- Alfonso.
- Afonso encantado de conocerte.
- ¿Su nombre?
- Izana Ramati Flores.
- Encantado de conocerte Izana.
- También el Sr. Afonso.
- Bueno, ¿quieres irte de aquí conmigo?
- Le agradecería que me ayudara. Pero conmigo no lo lograrás.
- ¿Dudas de la señorita Flores?
- ¡Yo dudo!
- Kkkkk ok, si sobrevivimos, deberás uno.
- ¿Uno que?
- Decidiré más tarde, está cerrado.
- Con una condición de Afonso.
- ¿Cuales?
- Si nos equivocamos, me debes una.
- Cerrado.
Izana y Afonso sonríen y luego él toma su mano y la pone en su cinturón, y le dice que escuche el sonido de su voz con las siguientes palabras: piedra significa quedarse quieto, pelota significa caminar, espejo significa regresar y auto. para que corran lo más rápido posible. Ella le sonríe de acuerdo y él le pide que repita.
- Repite lo que dije.
- Piedra para quedarse quieto, pelota para caminar, espejo para dar la vuelta y coche para correr.
- Tu eres buena.
- Yo intento ser.
- Obedece ciegamente.
- ¡¿Qué?!
- Lo siento, la expresión fue mala.
- Todo bien.
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No muy lejos de allí, Mikaela huía de las novatadas, se escondía detrás de los estudiantes o en habitaciones vacías, ya que no quería ensuciar su costosa ropa de diseñador con la pintura de colores. Durante la mayor parte del recorrido logró librarse del ataque de los veteranos, pero hubo un momento en el que se encontró cara a cara con el maestro que había discutido con ella en clase y al que expulsó del aula. En ese momento ella se estremeció en la base, y él, al ver su atuendo blanco sin manchas de tinta, le sonrió con malicia. Al que no le gustaron estas idiotas bromas, en ese momento decidió unirse al momento.
- ¡Mira quién está intacto!
- Maestro, no me haría eso, ¿verdad?
- ¿Qué harías?
- Siento lo que pasó esta mañana.
- No se preocupe, eso es el pasado.
- ¿De verdad?
- Sí.
- Oh, muchas gracias, no sabes lo agradecido que estoy.
- Tan pronto como me mueras, lamento lo que pasó.
- ¡Un minuto! ¡¿Qué?!
- Pedir disculpas.
- No me disculparé.
- ¡Atención estudiantes!
- ¡No maestro! Me disculpa.
- Que hacer bien a este estudiante ganará cuatro puntos en mi clase, sin importar cuál sea la situación.
- No hagas esa linda maestra.
En este momento, todos los estudiantes que estaban a punto de reprobar su clase, miran a la arrogante rubia, y se pone más blanca que el color del atuendo que vestía.
- No me hagas esto.
- no te atrevas
Todo el mundo empieza a jugar con él.Mikaela estaba muy furiosa con los estudiantes de esa universidad, con su ropa blanca de diseñador social, era un blanco fácil para todos los estudiantes que se veían de lejos, como una pared blanca para una pintora artística, Mikaela era un referente. punto para alcanzar las bombas de colores. Y cuanto más se enojaba más querían golpearla, porque su arrogancia hizo que todos se enojaran con ella y por eso fue la primera en ser atacada (Incluso al profesor de ciencias contables le encantaba ver su situación, ya que se sentía reivindicado. Especialmente cuando le arrojó un n***o).
- Déjenme en paz, insolentes.
- ¡Arruinan mi traje de veinticinco mil dólares, ogros!
- Los odio chicos, son idiotas.
- Basta, sinvergüenzas. Asesinos de la moda.
Todos se rieron de la rubia mareada, y al mismo tiempo estaban contentos con la hermosa nota que obtendrían en la asignatura del profesor.
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A pocos metros, Afonso e Izana estaban juntos tratando de salir de allí sin ser atrapados por el trote. Caminaba despacio, consciente de las cosas a su alrededor, para no ver si había algún movimiento peligroso cerca, mientras Zana lo seguía agarrándose del cinturón de sus pantalones. El perfume del hombre era tan bueno y delicioso que se sentía cómoda con él, incluso sin gafas se sentía confiada en él y no lo soltaba en absoluto. Hasta que finalmente ve la puerta de salida y le da la mano dos veces dando una señal de que la estaban recibiendo, caminan lentamente hasta que no ven a nadie y deciden correr hacia la puerta.
- ¿A dónde crees que vas?
- ¿Pensaron que podrían alejarse de nosotros los estudiantes de primer año?
- ¡Vamos, ya estamos en la puerta! - Alfonso.
- Pero aún no han cruzado.
- ¡Esto no es justo! - Izana.
- ¡La señal aún no ha sonado, así que está bastante ajustado en el equipo Alpha!
- Pero de ninguna manera, el equipo de Delta que terminará esta travesura.
- ¡Llegamos primero!
- ¿Y por qué no dispararon?
Los grupos de diferentes salas empiezan a entrar en conflicto por el final de ese partido, pero nadie llega a un consenso e Izana y Afonso, aprovechan ese momento para aprovechar y escapar de los dos equipos al mismo tiempo. Pero uno de los caballeros vio la escena y les advirtió de inmediato.
- Oye, los dos novatos están huyendo. - Delta
- ¿A dónde crees que vas? - Alfa
- Sabes qué, van a disparar juntos la última bomba de color. - Delta
- Finalmente un trato, vamos. - tirador.
- 1 ...
- Fue un placer conocerla señorita Flores.
- dos...
- Al menos lo intentaste Afonso.
- 3 ...
Los dos cierran los ojos para no ver la escena, y la campana suena automáticamente, poniendo fin a las novatadas universitarias. Y los equipos están enojados, pero Alpha no acepta la pérdida y decide disparar de todos modos, rompiendo las reglas y el director aparece en este momento diciendo.
- Si fuera así, ni siquiera probaría Deivid. - decano
- ¿¡¿Dean?!? - Deuda
- ¿De verdad vas a romper las reglas? - decano
- No, señora. - Deuda
- Bueno, entonces retrocede. - decano
- Está bien. - Deuda
- Felicitaciones a la pareja, ustedes son los ganadores. - decano
- ¿Ganadores? - dice Izana sorprendida.
- Ustedes son los primeros estudiantes de primer año que lograron escapar de una broma universitaria. - decano
- Todo gracias al Senhor Afonso. - dice Izana
- ¿Felicidades Alfonso y Señorita? - decano
- Izana. - Responde a la chica
- Puedes ir a descansar. Mañana estaré en el auditorio a la hora del recreo. - decano
- Sí, excelencia. - Ambos responden al mismo tiempo.
- Por cierto, ¿cuál es el curso para cada uno de ustedes? - decano
- ¡Gestión financiera! - Dice ambos al mismo tiempo.
- ¡¡¡Guau!!! De la misma clase. Por eso ganaron el juego, felicitaciones a los dos estrategas. - decano
- ¡Gracias! - Izana
- Gracias - Afonso.
La directora sale de la puerta y Alfonso le quita la mano del cinturón, toma la suya firme y fuerte y le rodea con el brazo. Zana se siente incómoda, pero incluso le agradece su amabilidad. Alfonso feliz de haber logrado su objetivo, de haber logrado salir de una guerra y aún salvar a la damisela en apuros.
- ¡Alfonso!
- Oye.
- ¿Podrías dejarme conducir?
- ¿Por qué?
- Necesito tomar prestados unos anteojos de emergencia.
- No te preocupes por eso. Siéntate aquí un momento.
- ¿Qué vas a hacer?
- Espera un momento. Confía en mí.
- Esta bien entonces.
Afonso la sienta en el banco del patio del colegio, que estaba ubicado en el ornamentado jardín a la entrada del lugar. Izana intenta ver las cosas a su alrededor, pero solo ve cosas y personas como un televisor con una pantalla borrosa, necesitando mejorar el zoom en un 40%. Espera al chico durante diez minutos hasta que regresa.
- ¿Me llevó?
- No.
- Tómalo, ponlo en tu cara.
- ¿Que es eso?
- Lo siento, déjame abrirlo por ti.
Alfonso saca una miniatura y empaca un par de anteojos, en este caso sus anteojos para leer. Zana se lo pone en la cara y llega a ver su hermoso rostro con claridad y comienza a sonreír con él. Y el caballero se alegra de saber que sus gafas han logrado ayudar a alguien.
- ¿De quién son estas gafas?
- Mío.
- ¿Tu?
- Sí. Lo uso para leer.
- Gracias, pero tienes que hacerlo.
- En serio, úsalo para llegar a casa después de que me lo devuelvas.
- ¿Y donde entrego?
- Por lo que tengo entendido somos de la gestión financiera.
- Es cierto.
- Gracias Afonso.
- ¿Es realmente bueno?
- Sí. Parece mi kkkk.
- Así que hasta mañana señorita Flores.
- Hasta que. - Alfonso
Izana sonrió agradecida a Afonso, después de ponerse las gafas que le quedaban perfectamente a la cara, e incluso se volvió más encantadora con ella. De otra mirada a su rostro, la hizo aún más atractiva como si los anteojos hubieran sido hechos para ella y no para él. Zana se despide y se aleja del caballero llamado Afonso, y regresa a su dormitorio dejándolo satisfecho con lo que acaba de hacer. En ese momento Mikaela aparece toda cubierta de pintura saliendo de la universidad, totalmente enojada, porque reconoce su voz desde la distancia quejándose de todo, gritando a los siete vientos que odia esta universidad. y se esconde detrás de los árboles para que no la vea.
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En Floratta, en la casa de los Ramati Flores. Guadalupe, Santiago, Diego y Lupita estaban en un momento familiar cuidando de antemano el ajuar de la futura princesa de la casa, (por supuesto la principal e Izana), donde Lupita y Guadalupe hacían sus tejidos mientras Santiago y Deigo se esforzaban mucho. para armar una cuna simple, donde estaban completamente fascinados con piezas de varias formas y no entendían nada sobre el negocio de x, y y x. Mucho menos el bloque A en el zócalo C, que viene del formato B. Lo que las enfureció mucho y las hizo felices.
- Cuantas letras para construir una cuna. Después de todo, el niño no solo dormirá en él, o tendrá una clase de abcdarium.
- ¡Kkkk ese hermano, ya estresado incluso antes de dejar la cuna en pie!
- Di eso por qué no y estás luchando contra una horrible bestia.
- Pero es solo un montón de piezas que necesitan ser ensambladas hermano.
- ¡Pequeños pedazos nada! Y un montón de pequeños monstruos que cambian de forma con cada ataque.
- Kkkk deja de cuñado, no exageres.
- Pero es verdad Lupita. Esto no es bueno aquí, nos hace perder la cabeza. Es mejor que el bebé duerma contigo en la cama.
- Pero de ninguna manera. Mi hija aprenderá a dormir en su cama desde temprana edad.
- Kkkkk entonces te montará.
- Estoy intentando.
- Kkkkkk, eres increíble.
- Y Guadalupe, sigue bromeando, ¡vale!
- No lo soy jajaja.
- Rhmm. - refunfuña Santiago.
Los dos no paran de reírse del padre de Izana que ya estaba muy estresado con la cuna. A Diego también le resulta gracioso la forma en que su hermano y Guadalupe se detienen y miran toda la escena de su familia allí juntos y sonriendo, y recuerda cuando era su padre con Santiago preparando la cuna mientras ella y Carmen tejían para el ajuar de la pequeña Izana. Y una lágrima corre por su rostro donde Lupita se da cuenta y está preocupada preguntando qué estaba pasando.
- Y que ... he vivido esta escena que ahora vivo contigo. - Vents Guadalupe.
- ¡¿Grave?! - Esta es Lupita.
- Hace diecinueve años, era yo, Santiago, mi padre y la madre de Izana tejiendo mientras mi padre se quejaba de lo mismo que está haciendo el santo ahora. - Continúe Guadalupe.
- ¡O Guadalupe! - Lupita se conmueve.
- Carmem se rió mucho conmigo de mi padre maldiciendo la cuna que era muy complicada de armar. Y Santiago ... - Guadalupe habla entre lágrimas.
- Traté de calmar a mi padre diciéndole que eran tus flores las que iban a llegar. - Completa Santiago.
- Sí. Tuviste la paciencia de jo con nuestro padre jajaja. - Ria Guadalupe.
- Si explotara como él, podría nacer antes del tiempo kkkkk.
- Fue realmente. - Completa Diego.
Guadalupe llorando estaba sonriendo al ver a su familia allí junta, Izana yendo a la universidad, Diego constituyendo una familia, la llegada de un nuevo m*****o, (otra niña). La mamá mayor de todos está feliz de que todo esté funcionando en su vida, y los tres se acercan a ella y le dan un abrazo grupal para calmarla. Y por supuesto se siente protegida, acogida y muy feliz.
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En su habitación, Izana se estaba duchando para cambiarse e ir a almorzar. Mientras se lavaba el pelo, pensaba en esos tres días de universidad, todo lo que había vivido en el aula, su llegada a la universidad, la chica arrogante que le robó el taxi, el cambio del curso de ciencias contables a la gestión financiera de la nada, el la marca de su compañero de clase, la llamada de broma, y su nuevo compañero de clase llamado Afonso, quien fue amable al ayudarla a salir sana y salva de esa broma, a pesar de que era ciega y no tenía la obligación de ayudarla. Se sintió victoriosa en esos tres días, ya que compensó sus años de escuela secundaria al ser intimidada y excluida de los grupos de amistad por ser considerada una forastera. Así que cierra los ojos y agradece a los de arriba por todo lo que ha estado experimentando. Entonces empieza a cantar tu canción.
Tengo un ticket sin regreso
Y un montón de sueños dentro de un veliz
Un adiós para mis viejos
Mucho miedo y muchas ganas de poder vivir
Abrir las alas para escapar sin fin
Para encontrar libertad
Lejos de aquí, lejos de aquí
Una guitarra y mi niñez
La escuela y mi primera vez
Amigos que no he vuelto a ver
Se van quedando tras de mí
Un cigarrillo, una canción
Las fotos de primer amor
Recuerdos en mi habitación
Se van quedando tras de mí
Ooh, quedando tras de mí
Quedando atrás de mí
Tras de mí, oh
Tengo un nudo en la garganta
Tengo un mapa que me lleva a otro país
El intento de una carta
Una historia y muchas ganas de poder vivir
Abrir las alas para escapar sin fin
Para encontrar libertad
Lejos de aquí, lejos de aquí
Una guitarra y mi niñez
La escuela y mi primera vez
Amigos que no he vuelto a ver
Se van quedando tras de mí
En este momento suena su celular, interfiriendo con su excitación, cierra la ducha como ya estaba terminada y se envuelve en su toalla y va a ver quién es. Y sonríe cuando se da cuenta de que era su tía Guadalupe, al mismo tiempo se riza el cabello y va al dormitorio junto a la ventana para hablar con ella sentada en la cama.
- ¡Buenos días, tía más bella del mundo!
- ¡Buenos días mi ángel! ¿Ya almorzó?
- Todavía no, estaba tomando una ducha para ir a la cafetería.
- ¿Cómo estoy molestando a mi querida?
- No mi querida tía, puedes llamar cuando quieras.
- Gracias mi flor.
- ¡Te extraño!
- Nosotros también. ¿Cómo son estos tres días fuera de casa?
- Al principio tenía miedo, pero me estoy acostumbrando, pero no con tu deliciosa comida.
- Kkkk Estoy preparando un Pozole para el almuerzo.
- Hmmm ... que delicioso !!! Ya estoy probando el sabor.
- Solo necesitas completar la tabla.
- Y atia Lupita y el tío Diego, suministraron la mesa, ¿no?
- Claro que no. Nadie se sienta en tu silla. Si no, mato.
- Kkkk ai tía, no exageres.
- No lo soy, y es verdad. Tu padre quiere hablar contigo.
- Está bien.
- Hola, mi princesa más florida del jardín.
- Buenos dias papi.
- Buenos días hija mía. ¿Cómo va tu nueva vida universitaria?
- Hasta ahora no tengo nada de qué quejarme.
- ¡Que bien!
- Por cierto, papá.
- ¿Qué mi angel?
- El curso en el que me inscribiste, ¿fue el que pedí?
- Y ... creo que me están llamando querida.
- ¡Padre!
- Está bien. Cambié tu rumbo.
- ¿¡Padre!?
- Lograste aprobar el examen y entrar a la universidad mi ángel, y quería darte lo mejor que no pude darte aquí en Floratta. Y elegí un curso que podría usar este talento tuyo para algo mejor que un simple sueño de ser independiente, princesa mía, algo que podría llevarte a las alturas, ser más que un empleado capacitado, una gran empresa comercial exitosa en el área que tú desea ingresar al campo su área de matemáticas. Así que lo hice pensando en lo mejor de ti.
- O papi, eres increíble, lo sabes.
- Te quiero hija mia. Y quiero tu éxito.
- ¡Gracias!
Izana, al escuchar esas palabras, lloró en el teléfono, muy conmovida por la actitud de su padre, de querer darle lo mejor incluso fuera de casa, de querer compensar lo que sufrió en el colegio a lo largo de sus estudios con mucho sudor. y trabajar, dejar de vivir para darse la vida con tanta dificultad. Y ella se siente molesta porque él ha cambiado de rumbo sin su permiso, como si quisiera controlar su vida incluso lejos, donde él solo quiere lo mejor de ella y su éxito, y se seca las lágrimas y mira el apartamento que pagó su padre. ella para tener su privacidad para estudiar.
- ¿Sigues ahí? - Pregunta de Santiago
- Sí papá. - Responde Izana con voz quejumbrosa.
- ¿Estás llorando mi amor? - Pregunta de Santiago
- ¡¿Qué?! preguntó Guadalupe
- ¡¿Izana está llorando ?! - dijo Diego
- ¿Le pasó algo a ella? - Pregunta de Lupita
- ¡Enciende el altavoz Santiago! - dice Diego.
- ¿Usted está bien mi amor?
- Sí.
- ¿Por qué lloras entonces?
- Porque tengo el mejor papá del mundo.
- No digas eso mi ángel, yo también me emociono y lloro.
- Pero es verdad. Y también tengo la mejor familia del mundo.
- ¡Eres la sobrina más increíble del mundo Izana! - Este es Diego.
- ¡Te mereces lo mejor mi ángel! - Dice Guadalupe.
- Solo te conocí en dos días y ya te amo Izana y tu sobrina también. - Comenta Lupita.
- Kkkk Yo también te amo Lupita, y mi sunrinha también. - Responde Izana.
- ¿Te gustó el apartamento Zana? - pregunta Diego.
- ¡¿Fuiste tu tío ?! - Pregunta de Izana;
- Como Lupe y Santiago no me dejaron ayudar con la universidad, corrí tras un departamento adentro para ti. - Este es Diego.
- ¡Gracias a todos! - dice Izana llorando de nuevo.
- Siempre lo mejor para ti mi sobrina. ¡Y un regalo de mi parte y de Lupita! - dice Diego.
- Y de tu sobrina. - Complementa a Lupita.
- Te quiero todo. - Esta es Izana.
- ¡Te queremos mucho, hija! - dice Santiago.
- Mi ángel ahora deja de llorar y ve a almorzar, no quiero pasar la hora. - Esto es Guadalupe.
- Obedece a tu tía mi amor, y come bien. - Continúa Santiago.
- Éxito Izanunha. - Grita Diego.
- Muy bien chicos, buen almuerzo allí. - Esta es Izana.
- Para ti también. - Dígalo todo junto.
Izana cuelga el teléfono y comienza a llorar sintiéndose mal por estar molesta con su padre por el curso, por pensar que se habían equivocado en la universidad con el dormitorio y haber sufrido una compra de silencio, y se disculpa por su mal juicio y por haber sido egoísta, haciendo una oración por su santo. Y luego sonríes y vuelves al baño para lavarte la cara y cambiarte de ropa, para bajar a almorzar con diez minutos para el final. Y antes de irse dice agradecida.
- Gracias señor por la bendita familia que tengo.