El mismo día Ámsterdam Alex Para ser sincero perdí el control de mis actos cuando me sentí desafiado por Leila, y en vez de salir corriendo para no estar a su merced, me gusta castigarme con su cercanía de una manera ilógica, lo sé cada momento a su lado estoy a dos segundos de cometer una locura, porque no creo que bastarían unos besos ardientes para calmar mis ganas, más bien sigo imaginándome recorriendo su piel siendo su esclavo, pues debe ser una fiera en la cama, y ese es el motivo de no poder sacarla de mi cabeza, pero lo peor es sentirme un imbécil, porque con otros hombres es amable, sonríe, hasta sujeta sus manos, en cambio conmigo solo tiene malas caras, sonrisas burlonas y palabras hirientes, estoy consciente que he sido un idiota con mis propuestas, aunque siempre he sido a