La misma noche
Ámsterdam
Leila
Nunca estás listo para afrontar una muerte, pero debes hacerlo sabiendo que no volverás a mirar los ojos de esa persona, cuesta decir adiós y te niegas a dejarla ir, como yo que siento que estoy frágil, porque de alguna manera Maurice se convirtió en mi fortaleza, en mi familia. Lo cierto es que su despedida ha calado en el fondo de mi ser, y creo que no bastarán los pocos recuerdos que forjamos juntos, pues en algún momento soñé con tenerlo a mí lado el día de mi boda, también el día que nacieran mis hijos, aunque todo quedo en un anhelo, y debo afrontar su partida por más que ahora no me sienta lista. Sin embargo, con todo el caos que siento, intento calmar mis lágrimas para escuchar las palabras de Benjamín sobre la última voluntad de mi padrino.
–Leil
