El elixir de los dioses

Capítulo 7: Descansa en paz

Las lágrimas corrían por los rostros de aquellos que la conocieron, enterrar a una joven es más doloroso aun, Fran caía de rodillas ante la tierra que cubría el ataúd, llorando inconsolablemente, prometía a su amada justicia.

--Solo la venganza me consolará, mi amada Ángela, mi amor, no sé cómo vivir sin ti – decía con mucho dolor

El juez Asdrúbal Colmenares, otro de los doce, escuchaba atento las expresiones de dolor de Fran y pensaba para sí

--Este forastero, es capaz de volver a desenterrar el cuerpo de su esposa nuevamente, no tiene límites, y la próxima vez no podremos correr con la misma suerte, no podemos dejar que descubra que el cuerpo no tiene sangre, tengo que hacer algo o la logia estaría en peligro de ser descubierta—

Pasaron las horas, la multitud se retiró del cementerio, Fran seguía de rodillas llorando la muerte de su amada, sus amigos se encontraban a distancia sentados en el prado, acompañándolo en su dolor. Hasta que por fin se dispuso a regresar a la pensión a descansar

Llevaron a las chicas a sus casas, y los tres jóvenes se reunieron a tomar vino en el comedor de la pensión, recibiendo los manjares deliciosos que preparaba doña Paquita a sus huéspedes, allí planificaron lo que harían para descubrir a los asesinos

Pero los de la logia, no estaban tranquilos, se reunieron en casa del gobernador, de manera informal

--Que les pasa, que han venido hacer a mi casa – pregunta Rogelio

--Tu estas seguro, que ese Fran es el forastero, que no existe otro forastero – pregunta el jefe de policía, Maximiliano Pérez

--Que ironía… ser tu quien pregunta eso, si fuiste tú quien dijo que no había ningún otro forastero – responde Rogelio

--Nos pudimos equivocar de forastero y por eso la vid rechazo la sangre – comenta Arnaldo, el alguacil

--Dime entonces, en donde se encuentra el otro supuesto forastero según uds –

--Hay otros que llegaron recién al pueblo, como, por ejemplo, Emilio el hijo de Melquiades, Daniel el sobrino de Paquita, no solo fue Fran, quien es el hijo del jefe de policía –

-- Cuando se dio la última revelación, quien llegaba al pueblo fue Fran, hablaba del amor del forastero… ¿Quién era el único que venía a casarse desde tierras lejanas?... era Fran… que no entienden – Contradice Rogelio

--No entendemos ¿Por qué la vid rechazo la sangre? No te das cuenta que nos equivocamos y ahora debemos pagar por eso

--Lo que tenemos que hacer es darle un culpable para que Fran se calme y se resigne –

--Si siente que todo se resolvió, se ira de Killari y quedaremos en lo mismo, tenemos que hacer que se quede – dice el alguacil

--Podemos culpar al Loco Jagui, él fue quien le dijo a Fran en qué lugar se encontraba el cuerpo –

--Bien, cúlpalo a él – autoriza el gobernador

Entre tanto, El Jagui se encuentra dormido en una de las praderas y comienza a tener un sueño, ve a Ángela subiendo a una camioneta panel color marrón, y observa cuando le tapan la boca con el pañuelo, llevaba puesto el camafeo y los aretes que le dio su hermano Emilio

Luego ve con claridad el rostro del hombre que somete a la joven, era blanco y calvo, de mediana edad, como de cuarenta años y se despierta acelerado y piensa

--No abundan los calvos en Killari… donde podré encontrar a un calvo—

Comienza a caminar, pero su intuición lo lleva a los bares de la ciudad, entra a uno y otro, sin encontrarlo. Mientras la policía lo busca a él, pero no lo consigue en los lugares que acostumbra

Resignado y cansado se dispone a marchar hacia su casa enterrada en la maleza y pasa por el frente de una taberna, en eso, sale volando de un golpe un hombre que cae en el andén, desde el interior de una taberna donde se ha desatado una golpiza colectiva de borrachos

Aquel hombre en el andén, es reconocido por el Jagui, como el calvo de su sueño premonitorio, en eso llega la policía y se llevan a todos detenidos, incluyendo al Jagui

Mientras tanto en la gobernación, la asistente del gobernador Daniela Brendebach, le informa

--Señor nos estamos quedando sin liquidez, no tenemos dinero para pagar la nómina esta semana, hemos gastado mucho en lo de la muerta –

--Que sugieres que hagamos –

--Ayer me informaron que llego al pueblo un grupo de turistas, con mucho dinero, interesados por probar el elixir de los dioses, podríamos vender un poco en la taberna del vino… ¿No le parece? –

--Si me parece, hazlo así y me mantienes informado –

La taberna del vino es un lugar donde todos los vinicultores exhiben y venden su vino públicamente, cualquier vino se encuentra allí, de cualquier producción o año, los precios varían, desde la simple agua pie hasta el más sofisticado de los vinos, el llamado el Elixir de los dioses

Los compradores acuden a este lugar a catar los vinos, de forma gratuita, y de allí realizan los pedidos, grandes o chicos, es la distribuidora de vinos de Killari, que surte los grandes buques que vienen en búsqueda del tan anhelado buqué, de sabores inigualables, con la técnica de los antiguos incas del vino

Unos turistas entran a la taberna, el mesero los atiende

–En que los puedo servir –

--Queremos tomar el vino que llaman el Elixir de los dioses –

--Ese vino no se cata, solo se vende una copa por persona, sin repetir, es muy costoso, aquí le entrego la carta del vino elixir de los dioses, si todavía esta interesado –

--No le pregunte por el precio, queremos que nos sirva de ese vino –

--Bien… acompáñenme por favor –

El mesero los lleva a lo profundo del local, toca una puerta en arco, y abre un monje

--Los señores desean ser servidos –

Los hacen pasar, los invitan a sentarse en una mesa antigua color ébano, donde encuentran todo tipo de exquisiteces, desde quesos, dulces, frutas, pasa bocas, en fin, el moje le dice

--Sírvanse lo que deseen, que tipo de vino desea ordenar del elixir de los dioses, tenemos Vino tinto, Vino blanco, Vino rosado, Vino espumoso y Vino generoso--

Los tres turistas escogen vino tinto, el monje silente trae una botella especial que abre en presencia de aquellos que desean beber, le sirve una copa a cada uno y el mesero les dice

--No beban rápido, saboreen con calma, para que puedan disfrutar de los efectos del elixir de los dioses, pero recuerden solo se vende una copa por persona –

Los turistas cancelaron el vino, de alto costo y procedieron a beber el primer sorbo, en sus rostros se reflejaba felicidad, satisfacción y alegría, ideas e ilusiones llegaron a sus mentes.

El vino los hacia soñar en cosas que ellos deseaban, uno de ellos era un príncipe árabe camuflageado de turista gringo, tuvo visiones sobre la ubicación de una beta de plata que todavía no había sido descubierta en su reino, de existir sería la solución para las carencias de su pueblo

El otro turista, se vio en su visión en una red de casinos por todo el mundo, poseía una pequeña fortuna y hasta ahora, no había descubierto en que negocio invertir.

Mientras que el tercero, era un político, que descubrió cual candidato ganaría la contienda a en su país, y decidió invertir en ese partido, que lo haría millonario en los negocios futuros

Después de una hora que terminaron de beber el vino, el mesero preguntó

--Consiguieron las respuestas que buscaban –

--Claro que si – respondieron con gran satisfacción

--Pero dígame, lo que vinos en nuestras visiones, es cierto o es solo un alucinógeno que contiene el vino –

--El vino no contiene ningún tipo de químico o alucinógeno, está hecho con la uva proveniente del árbol de la vida, desata los deseos más íntimos de los individuos que lo beben, también sus pasiones más ocultas y su efecto dura por tres meses, crean en uds mismos, lo que hagan se cumplirá, el vino solo les muestra el futuro de sus deseos más intrínsecos –

El monje silente les muestra con señas la puerta, para que se retiren, ya que han consumido en totalidad su vino

--El monje ¿Por qué no habla? Tiene algún problema –

--Ellos son los monjes silentes, han hecho una promesa de silencio, son los encargados de fabricar el elixir de los dioses, son seres puros de corazón, no están en contacto con la humanidad… hágale caso y retírense por favor –

Así lo hacen los turistas, que salen felices de la taberna, satisfechos, hacen grandes pedidos de otros vinos para llevar a sus casas, deseoso de regresar a sus orígenes, para poner en práctica aquellas visiones que tuvieron, que jamás olvidaran y que los llevara a convertirse en hace hedores de fortunas en su futuro próximo inmediato