Mi corazón va a mil por hora lo que me asusta en un principio e intento calmar los latidos desenfrenados de mi corazón y poco a poco va recuperando su ritmo normal y justo en ese instante ingresa mi madre y detrás de ella ingresa otra mujer pero no le presté mucha atención.
-Oh cariño estas bien, déjame ver tu vestido- decía mi madre.
Giré en su dirección para que viera la macha que dejo el dichoso postre y para mi mala suerte la cubierta del pastel contenia una crema blanca que en contraste al color del vestido será muy notorio aún si logrará limpiarlo en su totalidad.
Unos minutos no bastaron para lograr quitar en su totalidad la mancha blanquecina que dejo la crema de aquel postre.
- Si quieres quitar esa mancha y no estropear tu hermoso vestido te sugiero que utilices un poco de alcohol o vinagre y mezclalo con agua y déjalo actuar por unos minutos y luego enjuagas con un poco de agua tibia-dijo una mujer que nos observaba mientras se lavaba las manos en el lavabo.
-¿En serio, eso podría arreglarlo?- pregunté.
- Créeme es un truco infalible y te lo recomienda alguien que ya lo a usado varias veces- decía la desconocida.
-¿Pero donde conseguiremos alcohol o vinagre?- preguntaba mi madre.
-Oh lo puedes pedir en la cocina del restaurante-dijo nuevamente la mujer.
- Vaiolett enseguida vuelvo si, espérame aqui - dijo mi madre antes de salir del baño dejándome a solas con la mujer.
- Cuando sales con vestidos que son bellos siempre tienes que conocer algún que otro truco por si se ensucia a mitad de la noche- decía la mujer.
Solo me limite a asentir ya que no se me daba bien el entablar conversación con desconocidos, lo que si se me da bien es observar sus aspectos y más o menos calcular que edad tienen y para mi sorpresa la mujer que quiere entablar conversación, no es tan mayor como pensé en un principio, tendría entre veinte o veintidós años.
Lo que es innegable es que es hermosa, su cabellera de un color naranja cobrizo, su piel tan blanca como la nieve y sus ojos verdes esmeralda, además poseen un cuerpo envidiable curvas bien pronunciadas y esbeltas, que van a juego con el vestido al cuerpo, verde musgo definitivamente, parece modelo de revista.
-Disculpa que me haya entrometido pero no puedo ver como masacran un hermoso vestido, era mi deber salvarlo por si te preguntas porque me dirigí ustedes así de manera grosera y sin presentarme antes, por cierto me llamó Alya- decía la joven.
-¿Y Tu Vaiolett no es así?Asi te llamo la señora que salio- dijo nuevamente.
- Así es me llamo Vaiolett y esa era mi madre y si tu truco funciona me salvarás más que el vestido, esta es la primera vez que me pasa, casi nunca utilizo vestidos y para cuando lo uso termina manchado- digo.
- Un vestido manchado es un verdadero dilema y el idiota de Dariel no termina por comprenderlo y no creo que lo haga algún día- decía Alya.
-¿Conoces al joven que chocó conmigo?- digo tímidamente.
- Que si lo conozco, para mi desgracia es mi hermano así que te pido una disculpa por el, porque conociéndolo el no lo hará ya que siempre cree que tiene la razón- decía Alya mientras se retocaba el maquillaje.
- Los hombres no entienden cuanto nos cuesta a las mujeres decidirnos por un vestido y cuando finalmente lo hacemos queremos lucirlo bonito hasta el final de la velada sea cual sea el motivo de la reunión y un incidente de este tipo pondría de malas a cualquier mujer, asi que comprendo perfectamente porque reaccionaste asi-dijo nuevamente Alya.
- No crees que exagere, tu hermano debe pensar que estoy loca o algo asi- digo.
- No como crees, si me hubiera pasado a mi, creeme que le dirá hasta de lo que se iba a morir en cambio tú reacción fue muy suave, si me lo preguntas- decia Alya.
-Inclusive otra mujer lo hubiera abofeteado por arruinar su vestido- decía Alya.
-Es verdad no lo había pensado, si hubiera sido otra mujer con más carácter que yo es seguro que dicha mujer reaccionará de una manera más agresiva-digo.
-Oh querida no creas que no tienes carácter, el encaralo por el incidente requiere mucho carácter, además si no lo tuvieras, te hubieras disculpado luego de que el afirmó que eras tu la culpable-dijo nuevamente Alya.
-Si quieres mi consejo, no debes preocuparte por Dariel por fuera parece alguien engreido, arrogante e intimidante pero es todo lo contrario y muy despistado así que lo más seguro que ya se habrá olvidado del incidente y no te reprochara nada- dijo Alya.
-Es un alivio oírlo, realmente no soy muy buena discutiendo, casi siempre termino llorando cuando discuto, además no sabría como evadir una pelea verbal-digo.
- Mi hermano a algunas veces actúa como un verdadero imbécil, pero créeme que ya no buscará reñirte por lo del "su postre"- dijo Alya.
Justo en ese instante ingresa mi madre con todo lo necesario para limpiar mi vestido.
- Bien las dejo y suerte con el vestido- decía una vez más Alya.
-Muchas gracias por su ayuda señorita- agradecía mi madre a Alya.
-No hay de que señora, no podía soportar que un vestido sufriera de esa manera- dijo Alya antes de retirase.
-Veo que haz hecho una amiga- decía mi madre mientras limpiaba la macha del vestido y esta vez la macha sedia con facilidad.
-Solo conversábamos un poco mamá, eso no basta para hacerte amiga de alguien- digo rodando los ojos.
-Pero ya es un inicio Vaiolett, conociéndo lo tímida que eres me sorprende que le siguieras la conversación- dijo mi madre.
-Listo ya esta, quedo como nuevo- decía una vez más mi madre quien había terminado de limpiar el vestido, que quedó como si nada lo hubiera manchado.
- Wow si que funcionó el truco de aquella chica, ah¿Y por cierto sabes como se llama?- preguntaba mi madre.
-Creo que su nombre era Alya y lo más curioso es que me comentó que es hermana de aquel chico que me embarro en pastel- dije.
-En serio que casualidad, de todas formas si la vemos de nuevo le daremos las gracias por su ayuda- dijo mi madre.
-No creo que nos la crucemos de nuevo, asi que olvídalo mamá- dije.
Al salir de baño nos dirigimos nuevamente a nuestra mesa, pero para mi suerte mi madre divisó a la Alya la joven que nos ayudó a pocos metros de nuestra mesa y esta estaba acompañada de un señor canoso y trajeado, pero no era la única persona que estaba con ella también se encontraba aquel joven que mancho mi vestido, el tal Dariel.
Al verlo mis nerviosismo se disparó y mi corazón se volvió a acelerar como un loco, podía sentir mis mejillas acaloradas lo cual causa que me sonroje.
-Oye mira allí esta la joven que nos ayudó, ven vamos a darles las gracias Vaiolett- dijo mi madre quien me sujeto del brazo y me encaminó hacia ellos.
- Es..pera mamá, no crees que seria descortés interrumpirlos mientras están cenado- dije en modo de escape.
-Tienes razón Vaiolett, esperemos a que terminen- dijo mi madre, uff eso estuvo cerca ahora tengo que distraela hasta que se le olvide de este asunto.
En cuanto giramos para dirigirnos nuevamente a nuestra mesa, escuche a alguien decir mi nombre y creo reconocer la voz, entonces todo mi interior vuelve a su estado de nerviosismo, la voz que decía mi nombre pertenecía a ni más ni menos que a Alya la joven que quería evitar.
-Ohh mierda- dije para mis adentros.
-Oye Vaiolett, la jovencita que nos brindo su ayuda con tu vestido te esta llamando, es nuestra oportunidad de darle las gracias, al parecer nos está invitando a su mesa, es nuestra oportunidad de agradecerle su ayuda- decía mi madre, giré levemente en su dirección y Alya agitaba su mano como símbolo de invitación.
En estos momentos todo mi ser temblaba de nerviosismo, en este instante solo quiero una cosa que me trage la tierra y la razón parece ser aquel chico por alguna razón me avergüenza.