-Eso lo han dichos muchas mujeres, que lastimosamente ya no están con vida o con paradero desconocido, solo te pido que ya no bebas en exceso y menos cuando salgas sola- dijo Laila.
-Sabes me parece injusto que nosotras las mujeres tengamos que tomar muchas medias de seguridad a la hora de salir de fiesta, que la forma en que nos vestimos, que no podemos beber como nosotras queramos y los hombres no deben preocuparse por eso- digo rodando los ojos.
- Es cierto que es un poco injusto, pero así como existen hombres que respetan a las mujeres, también existen aquellos que sólo nos ven como un pedazo de carne para saciar sus necesidades sexuales, obviamente no podemos colocar a todos en una misma bolsa, pero es mejor ser precavida y no buscarle la quita pata al gato, así que para mi tranquilidad te e inscrito en un curso de defensa personal- dijo Laila.
- ¿Que es en serio?- digo sorprendida.
- Si no piensas, disminuir tus salidas a fiestas entonces esa es mi condición para que sigas viviendo aquí conmigo- dijo Laila cruzando los brazos.
- Mi padre te dijo que lo hicieras no?-digo.
-Aja haz adivinado, tuve que recurrir al jefe de los jefes, a ver si así me haces caso- dijo Laila.
- Entonces ya no me queda más remedio que seguirte el juego porque de lo contrario mi padre es capaz de salir disparado desde Canadá hasta Londres la capital de Inglaterra-digo muy segura de que mi padre es capaz de hacer semejante cosa.
- Que ingenua fui al pensar que al mudarme a Inglaterra tendría más libertad, pero como siempre mis padres hallan la manera de vigilarme- digo.
- Solo están velando por su hija, debes de comprender los, no a de ser fácil para ellos tenerte lejos y más sabiendo tus andanzas- dijo Laila.
- Sabes tienes razón, solo están muy preocupados por mi y es muy normal después de lo que ocurrió con Dariel- digo.
- Ya había escuchado ese nombre, pero quien es acaso es tu hermano o algo así, desde los cinco años que estás aquí y no me has querido decir quien es- reprocho Laila.
- Es una historia difícil de contar para mi ya que aun sigue doliendo, no creas que no te tengo confianza, solo es que me resulta doloroso contarlo- digo con tristeza.
- Si es un tema sensible, no voy a presionarte a que me lo cuentes así que no te preocupes- dijo un compresiva Laila.
- No esta bien, creo que ya es hora de contárselo a alguien externo, así que te diré quien es Dariel por cierto es mi ex y quisas sea el, la causa que ahora sea como soy- dije.
- Espera vamos a la sala y prepare té para ambas en especial para ti, uno que te ayude a baja la cruda- dijo Laila.
Nuestra charla continuó en la sala de estar acompañado de un té super amargo.
- Oye de que esta echo este té, es muy amargo- digo haciendo muecas de desagrado.
- Solo es té n***o, más puro de lo normal y sin azúcar- respondía Laila desde la cocina.
-Te lo tomaras completo, así como le das hasta el fondo a otras bebidas- decía Laila.
- Esta bien lo hare, pero si lo devuelvo sobre ti no me hago responsable- digo.
- Jaja[ risa tranquila] Asumire el riesgo- dijo Laila quien se dispuso a tomar asiento a mi lado con una taza entre las manos.
- Puedes comenzar cuando quieras- dijo nuevamente Laila.
- Est...e , bien esto ocurrió más o menos hace unos cinco años atras- digo.
[ Cinco Años antes].
Vaiolett.
Me encontraba celebrando mi cumpleaños número dieciocho, por fin la tan anhelada mayoría de edad para muchos jóvenes, pero en mi caso me daba igual ser mayor o no, ya que a diferencia de otros jóvenes de la misma edad que salian a discotecas y se ebriagaban, yo por otra parte me centraba en mis estudios para aplicar el examen de ingreso a la universidad y así enorgullecer a mis padres.
La carrera que más me llamaba la atención era la de veterinaria, así que durante las vacaciones me la pasé estudiando todo lo que abarcaba la medicina veterinaria.
El día del examen de admisión llego y con los nervios de punta realice dicho examen, aunque me la pase estudiando eso no me asegura que me admitirán en la universidad, los días pasaban luego de haber tomado el examen y mi impaciencia aumentaba, cuando pensé que no recibiría respuesta alguna el timbre de la casa sonó.
Fui a ver de quien se trataba y eran del correo venia a dejar la correspondencia y entre ella venía el sobre de la universidad con la respuesta que tanto estaba esperando, con emoción y euforia corrí hacia mis padres para abrilo juntos.
- Oh cariño veo que estas muy entusiasmada pero recuerda que si no fuiste admitida no debes desilusionarte, podrás probar en otra universidad- dijo mi madre.
- Lo se mamá, sabes perfectamente que no me rendiría tan fácilmente- respondí.
Sin mas rodeos, abrí la carta y comencé a leer.
-Para Vaiolett Campbell de la universidad McGill. Por el presente comunicado, le hacemos saber los resultados de su examen de admisión a nuestra universidad y nos complase anunciarle que a sido admitida como un m*****o más de nuestros numeroso estudiantes- digo leyendo apresuradamente.
No me lo creí, logré ser admitida mis esfuerzos dieron sus resultados, mis padres estaban igual de emocionado por mi admisión.
- Felicidades cariño, te lo mereces -dijo mi padre quien es un hombre amigable apesar de su expresión seria, con su característica barba y su melena negra como la noche y sus ojos grisáceo, de tez clara.
- Sabía que lo lograrias- decía mi madre quien era bastante estricta en cada cosa que hacía, sus rasgos eran finos y delicados, siempre estaba bien maquillada, aunque para mi no necesitaba maquillarse para resaltar la belleza que ya tenía estando al natural, sus ojos de un color avellana, su cabellera ondulada de una tonalidad cobrizo dos tonos más claro que el mío y de una hermosa piel oliva.
- Lo que te dije hace unos momentos, solo fue porque muchos jóvenes no consiguen ingresar a la primera y no quería que te desanimaras si no lo lograbas - dijo nuevamente mi madre.
- Al menos eso nos paso a nosotros cuando teníamos tu edad, fuimos rechazados de la universidades en la que habíamos aplicado- decía mi padre.
- Pero eso no nos detuvo, de igual manera seguimos intentando en otras universidades hasta conseguirlo- continuaba mi madre.
Mis padres culminaron la universidad, cuyas profesiones son, mi madre es médica en el área de pediatría y mi padre es arquitecto quien cuenta con una pequeña empresa constructora, la cual mi padre fundó hace pocos años, éramos una familia promedio no éramos millonarios pero nos iba bien.
-Este acontecimiento tenemos que celebralo, además no es la única buena noticia por la cual hay que celebrar- dijo mi padre.
-Eso es indiscutible, pero¿Cual es esa otra noticia?- preguntaba mi madre.
- La constructora acaba de firmar un contrato, millonario y además estamos ganando reconocimiento entre las masas- anunciaba mi padre.
- En serio papá, que maravillosa noticia y te la estabas guardando todo este tiempo- digo.
- Así es, quería esperar el momento adecuado- dijo mi padre.
- Es un buen momento para celebrar los logros de la familia- decía mi madre.
- Estoy de acuerdo contigo mamá, pero no crees que falta alguien en esta celebración ya que mencionaste la familia- digo refiriéndome a mi hermano mayor Drake.
La relación de mis padres con Drake es un tema complicado, más o menos hace unos tres años, que se fue de la casa luego de una discusión fuerte con mis padres, el motivo exacto de su discusión no lo tengo claro aún, según entendí tenía algo que ver con sustancia ilícitas.