Owlrange

Capítulo XIII

La oficina llevaba estando en silencio al menos unas tres horas, no habíamos vuelto a intercambiar palabras desde que la conversación se detuvo para dar paso al trabajo.

Los únicos sonidos que inundaban la oficina era el tecleo producido por Rufer y Meredith, ya que yo sólo estaba revisando documentos que realmente no tenían motivo de ser revisados, ya que todos estaban realizados correctamente.

Es un poco extraño.

De repente sonó la puerta, usualmente nadie suele entrar además del jefe.

Apenas esta se abrió por completo, una voz expresó -Huele mal-.

Todos nos sorprendimos al escuchar aquella voz. Era Sean. Espera, ¡¿Sean?! Pero no tenía puesto su uniforme, tenía puesta ropa casual: una camisa negra con letras blancas en japonés, un pantalón de Jean holgado y unos zapatos deportivos negros.

No podía creer lo que estaba viendo, él estaba parado en la puerta de nuestra oficina. En definitiva la sorpresa fue real.

-Oh, Kim- Expresó Meredith bastante nerviosa -¿Otra vez te molesta que aromatice mi escritorio?- trató de ser irónica pero su aparición la tomó muy desprevenida. Bueno, a todos en realidad.

Debería decirle a Meredith que me llame por mi apellido al igual que a Sean, no me gusta que me diga jovencita.

-¿Impregnas la habitación de un olor más fuerte cada que no estoy? Creo que debería ofenderme-. Contestó Sean de una manera juguetona, él no tenía intención de discutir con Meredith.

Sólo fue su manera de saludarla.

-¡Hola a todos! Lamento haber llegado de manera tan abrupta-. Dijo Sean mientras pasaba a la oficina y se sentaba en su escritorio.

En la cara de la mujer sólo podía apreciarse confusión. Rufer lo saludó asintiendo su cabeza mientras decía "buen día".

-¿Qué tiene malo que hayas llegado de esta manera? Es una sorpresa muy agradable-. Expresé, no había forma de contener mi felicidad en ese momento. Él se encontraba de la misma manera -No lo sé- se limitó a contestar mientras daba una sonrisa muy grande.

Meredith cuando finalmente logró entender lo que estaba sucediendo decidió intervenir -La chica me dijo que volvías el miércoles ¿Por qué tuviste que venir hoy?-.

Sean se veía muy confundido por esa pregunta-Te refieres a por qué vine antes ¿no? si es así, es porque Aiden así lo decidió- Se levantó y comenzó a mover su silla en dirección a mi escritorio.

Rufer solía ver a Sean de reojo, trataba de ser disimulado pero no le estaba saliendo del todo bien.

-Supongo que se preguntan por qué no tengo puesto el uniforme- Comentó mientras miraba a Rufer, lo que lo hizo voltear la mirada a otro lugar en señal de timidez-.

-Pues es porque me despidieron-.

Silencio total.

-¿E... Estás seguro de lo que dices, Sean?-. No me dio respuesta, se veía bastante serio.

-¿Por qué te despedirían en un viaje de trabajo?- Preguntó Rufer mientras veía ocasionalmente a Sean.

-¿Acaso te despidieron por estar en tu teléfono?- Meredith quería continuar siendo irónica con Sean, pero se veía bastante asustada por su despido-.

-Vaya, quien lo diría, Meredith. Debíamos llegar a este punto para que mostraras un mínimo interés en mí-.

Ella no sabía qué decir, sabía que él tenía razón.

-Hoy debo de recoger mis cosas, por eso ni traje mis pertenencias, se sentirían muy triste viéndome partir- Dijo, lo único que podía verse en su rostro era una expresión que reflejaba mucha preocupación-.

-Respondiendo a tu pregunta- Comentó mientras se dirigía a Rufer -Me despidieron porque encontraron las bromas que te enviaba. Lo sé, pensaba que eran más discretas, pero no fue así-.

Hizo una pausa, la cara de Rufer pasó de mostrar seriedad a derrochar preocupación, creo que de alguna forma se sentía involucrado en la situación.

-Sí, Aiden me dijo que es muy poco profesional hacerle bromas a tus compañeros, y lo sé, pero siempre quise mantener un buen ambiente-. Mencionó mientras veía sus manos, comenzó a tronarse los dedos en señal de nerviosismo, actividad que odia Meredith.

-¿Será que puedo encargarte algo?- preguntó Sean dirigiéndose a la mujer. -Claro, dime- Contestó. Sean se veía bastante preocupado, comenzó a frotar su mano izquierda en su brazo derecho, se encontraba bastante dudoso de su pregunta. Hasta que finalmente la soltó.

-¿Puedo encargarte todas las cosas divertidas que conllevan la oficina? ya sabes, las cosas que solía hacer, como bromas a Rufer...-.

-O bromas como esta- Dijo con una sonrisa pícara.

Ahora lo único que podía escucharse en la oficina era un mar de quejidos de Rufer Meredith y un estallido de risa de parte de Sean.

Sabía que algo iba mal, ya que Sean no suele bromear cuando está triste.

-La verdadera razón por la que estoy aquí es...- Pero Meredith lo interrumpió -No, no continúes por favor-. Dijo mientras se llevaba las manos a la cara.

Sean me miró, susurrando me dijo -Creo que fui un poco duro ¿no?-. -Esta vez te pasaste un poco- respondí con una sonrisa nerviosa.

-No me digas que te lo creíste Mimi-. Pidió Sean, se veía un poco apenado porque no estaba del todo seguro de mi respuesta. -Por un momento sí, pero tus pequeñas bromas me dieron señales de que sólo querías asustarlos-. Sonrió bastante aliviado.

-Lamento haberte asustado, Mimi. ¿Quieres que te sirva un poco de café?-.

Aún el tema me dejó un poco pensativa, pero ya habría momento de hablar de ello.

-Sí, por favor-. Entonces, Sean se levantó de su asiento y se acercó a la cafetera. No había café hecho así que se encargó de ello.

Eso me daba un poco de tiempo de revisar los documentos que Sean me había enviado.

Aunque no había mucho que hacer más que leer, no había nada que revisar ya que todos estaban bien.

Sean regresó a los cinco minutos con ambas tazas de café, colocó ambas en mi escritorio y luego volvió a sentarse en su silla.

-Oh, estás leyendo los documentos que te envié. Muchas gracias-. Dijo antes de darle un sorbo a su café.

-Sí, pero hay algo raro... y es que todos los documentos están bien-. Y al verlo, su expresión me decía que los documentos estaban así a propósito -¿Por qué lo hiciste?-.

-Si no tienes trabajo tienes el día libre, por lo que puedes salir más temprano-. Respondió, estaba dando una muy ligera sonrisa, se veía muy cansado.

-Todos los documentos son de ayer, pero ¿cuándo tuviste tiempo de redactarlos?-.

-Mira la hora a la que te envié los documentos-.

Entré a mi correo y me llevé una sorpresa, los documentos habían sido enviados a las 4am.

Lo miré con una mezcla de molestia y preocupación.

-Me gustaría explicarte ahora pero me siento muy cansado, por favor hablemos luego de eso, Mimi- Pidió mientras tomaba su taza del escritorio. -Prometo que esta vez mi excusa es buena-. No es la primera vez que hace algo así, sé que sus intenciones son buenas, pero no me gusta que se sobre esfuerces.

-Está bien- Contesté. -Yo estaré enviando los documentos al jefe-.

-Bueno, mientras haces eso yo estaré bebiendo mi café, haciendo lo posible para no dormirme-. Cuando llegó se veía muy energético, pero ahora sólo se ve bastante cansado.

Otra vez, debía entrar a la aplicación de la empresa. Siempre antes de hacerlo me tomo unos pequeños minutos de relajación, ya que la interfaz me genera mucho estrés.

Ojalá yo supiera diseñar aplicaciones, podría arreglar esto hasta de manera gratuita.

Al ingresar, adjunté los documentos al correo y comencé a redactar el mensaje.

"Buenos días Aiden, espero que su viaje esté siendo fructífero para usted y para la compañía, adjunto a este correo los documentos previamente revisados por Sean y por mí. Esperamos su pronto regreso. Se despide, Mimi"

Enviado.

-Siempre le escribes muy chistoso al jefe- Dijo Sean, se encontraba más dormido que despierto -"Esperamos su pronto regreso"- Dijo mientras realizaba las comillas con sus dedos -Él es consciente de que entre ustedes dos hay una gran... ¿chispa? pero no una buena chispa por supuesto, no se va a creer ese mensaje-.

-Supongo que lo importante es ser cortés- respondí. Ojalá mi relación con mi jefe fuese diferente ¿pero qué puedo hacer?

-Bueno, creo que ya podemos irnos, Mimi ¿De casualidad podría ir a tu departamento hoy?-.

-Por supuesto, me gusta pasar tiempo contigo, Sean-. Respondí con una sonrisa.

Comencé a guardar mis pertenencias en mi bolso y luego inicié a limpiar mi escritorio. Quería bromear acerca de perfumarlo pero alguien parece estar próximo al mundo de los sueños.

Al finalizar, apagué el computador. El sonido llamó la atención del resto en la oficina.

-¿Tuviste que reiniciar tu computador, Mimi? Preguntó Rufer.

-No, ya terminé mi trabajo el día de hoy, así que me retiraré más temprano de lo usual- Comenté.

-Perfecto, ten un buen día- Se despidió el moreno -Igualmente para ti, Rufer-.

-Espera- Dijo Meredith bastante sorprendida -¿Estás segura de que finalizaste todo tu trabajo?-.

-Cien por ciento segura, ya lo envié a nuestro jefe-.

Ella no podía creer lo que estaba escuchando, muy pocas veces tenemos la oportunidad de salir temprano, así que cada que pasa es bastante difícil de creer.

Desperté a Sean dándole unas palmaditas en el hombro, ya estaba por irme a casa. El se frotó los ojos, se levantó y fue directo hasta la puerta de la oficina.

-Por cierto, Sean cumplirá el reto e iremos a comer todos juntos el viernes al salir del trabajo ¿les parece bien?- Informé antes de salir de la habitación.

-No quiero nada que ver con Sean- Contestó la mujer.

-Por favor Meredith, no seas así- Mencioné haciendo el intento de apaciguar el momento.

-¿Yo? ¿Él por qué es así?- Parece que se llevó un gran susto con la bromita de Sean. Parece que en secreto se preocupe por él, por más que le pueda costar admitirlo.

Se encontraba muy pensativa, parecía que iba a continuar con su trabajo pero no podía concentrarse. Se levantó y soltó lo que parece que quería decir desde el inicio

-¿Y qué vamos a comer?-

Sabía que cedería.

Por cierto, había olvidado ese por completo, Sean me pidió que pensara en ello pero accidentalmente se me pasó por alto.

-Tenemos hasta el viernes en la tarde para pensar en ello, así que por favor piensen en algo que les gustaría comer-.

Rufer se veía muy feliz, había cumplido su petición.

Debería de preguntarle qué le gustaría comer, pero esa ya será una tarea para la Mimi de mañana.