Cerré la puerta de la habitación de Gemma despacio, con cuidado de no despertarla. Hoy había sido un día largo para ella y necesitaba descansar. Y yo también necesito dormir. Dios, qué cansada estoy. Fui a la habitación de Alejandro, en realidad, a la de Alejandro y Silvia para desearle buenas noches. Ni siquiera sé por qué quiero hacer esto, por qué quiero seguir torturándome estando en la misma habitación que él sin poder tocarlo. Pero aun así lo hago. La puerta claramente no estaba cerrada porque puedo ver la luz que sale de la habitación. Me apoyé en la puerta abierta y mis ojos se dirigieron inmediatamente a Alejandro, que se estaba quitando la camisa de su cuerpo dándome la espalda. No me jodas. No puedo evitar mirar su espalda musculosa y bien formada y me muerdo el labio. Rec