Jonathan Cuando abro los ojos al sentir los rayos del sol colarse por la ventana, lo primero que noto es el pequeño cuerpo de mi bella coreana al lado mío, lo que me hace sonreír. Ella mantiene su brazo alrededor de mi cintura y descansa su cabeza sobre mi pecho. Me pierdo en su rostro, aquella carita de niña que la hace lucir tan tierna, al punto que a simple vista jamás aparentaría ser una mujer controladora y sin corazón a como lo era cada día en su agencia. Trazo con la punta de mis dedos cada centímetro de su fino rostro, hasta detenerme en aquella hermosa boquita que se había convertido en mi vicio, un vicio que me iba a ser imposible poder dejar. ¿Estaba enamorado de Suni? Cada segundo que pasaba a su lado me hacía darme cuenta de que definitivamente estaba loco por ella, lo qu