Sofía Pov Como es de costumbre, mis padres salieron de viaje, pero ahora me dejaron encerrada, es como su mi nana fuera un vigilante, pues pasa en todo momento a revisar que esté. Pero yo ya pensé en un plan sumamente seguro, más que seguro en realidad. Faltan diez minutos para irme a dormir, apagaré la luz, la televisión y pondré una almohada tapada. Es muy infantil, lo sé, pero no me dejan otra opción, pues el chófer ya no accede a llevarme después de la escuela a la oficina de Madox. Mi nana entra y me escondo bajo la cama, si mi plan funciona me voy a sentir toda una genio. Cierra la puerta y si no fuera porque estoy acostada en el suelo, brincaría de la felicidad. Hago el menos ruido posible y abro la ventana, la cierro y camino con cuidado de no caer, pues está vez nadie me d