Capítulo 3

1214 Words
Sofía Pov Ahora quien lo besa soy yo, él se sostiene fuerte, como si no quisiera que nos despegáramos nunca. -Necesitas regresar ahora con tus padres, no queremos que se preocupen. -¿He hecho algo mal?- digo pues enseguida de que yo lo beso el me quiere llevar con mis papás. -Para nada cariño, vamos a la fiesta. -Pero, me quiero quedar un rato más contigo... ¿Sí? -No, he dicho que irás de nuevo con tus padres y eso haremos. Camina conmigo, pero de pronto pienso en algo que resolvería mi duda. -Lo que pasa es que le tienes miedo a mis padres ¿No es así? El me ve y levanta una ceja. -No, me llevo excelente con ellos, pero lo hago por ti, se van a enojar si te desapareces así. Trato de preguntar más cosas pero mi mamá está asomándose, aún no me ve entonces lo suelto y corro hasta ella. -¿Dónde te habías metido, Sofía? -Me distrajo la playa. -¡Y aparte de todo estás descalza! -Mis zapatos están aquí mamá.- señaló la los malditos tacones tirados en la arena. -Ve al cuarto, nosotros te alcanzamos enseguida, le diré a tu padre de lo que has hecho, solo te pedimos portarte de forma civilizada. -Me aburro fácil, si me hubieras dejado en casa esto no habría pasado- ni mi beso con el señor Madox. -Ve ya a la habitación, pide lo que quieras de cenar, pero ya no salgas ni te pongas a correr como loca por la arena, hija ya tienes 18 años. -Está bien mamá- no discuto y camino aún descalza. Sigo mi camino hasta la habitación y ya quiero que sea lunes, habrá un partido y seré porrista, me gusta mucho serlo, el uniforme y ver a los chicos del equipo de soccer. La recepción está casi vacía, excepto por una mucama y el señor Madox quien veo que le estaba dando mis cosas para ponerlas en mi habitación. -Señorita Sofía ¿Acaso me está siguiendo?- la mucama nos ve raro y se va hacia el cuarto. -No... Iba a dormir, o cenar algo, pero en mi habitación. -¿Tus padres se molestaron mucho por tu ausencia?- besa mi frente- oh, lo siento cariño, no quería causarte problemas. -Yo me los busque yendo a correr, creo... Iré a mi habitación, si mis padres ahora me ven aquí aún descalza ahora si no me compraran los zapatos sorpresa. -Oh vamos, sabes que ellos no te castigan, siempre te compran lo que pides. Asiento y no pienso contestar algo con lo cual no tengo argumentos, realmente, nunca me han castigado, solo me regañan por no ser tan bien portada e infantil. Empiezo a caminar y escucho sus zapatos de vestir resonar por todo el pasillo. -¿Vas a cenar sola? -Sí, normalmente así es... Ahora, hasta mañana señor Madox, fue un gusto verlo...- recuerdo el beso en la playa y me sonrojo. -Para mí también fue un gusto encontrarte, si necesitas algo no dudes en marcarme- me da un beso en el dorso de la mano y pone una tarjeta de presentación entre mis dedos. -¿Es necesario que todos los empresarios carguen este tipo de tarjetas todo el tiempo?- veo la tarjeta perfectamente bien equilibrada y plana, ni una sola arruga. -Sí, de hecho, nunca sabes a quién puedas conocer, y si vale la pena la persona la das; muy útil en negocios y otras situaciones- sonríe un poco y se despide ahora agachando su cabeza. Asiento y me dirijo a mi cuarto, pido cualquier cosa que se me antoja, crepas saladas y un frappé, después unas papas, me gusta comer mucho pues mi metabolismo me lo permite. Guardo su tarjeta en mi maleta y pienso aún en el porqué está interesado en mí, me gusta, es guapo, pero mis padres reaccionarían fatal si se enteran. Quito toda mi ropa y me quedo solo en bragas, mi madre odia que lo haga, pues dice que si tengo una pijama debo usarla, pero me incomoda. Cierro mis ojos y espero que mañana se resuelvan un poco mis dudas con este señor. Ha pasado ya un mes desde lo que sucedió en la playa, es como si después de eso se hubiese esfumado, literalmente, no escucho a mis padres hablar de él y al otro día cuando me fui del hotel no hubo rastro de él. A veces, pienso en lo que pasó, y en qué debería buscarlo con la tarjeta que me dio. Es extraño, solo hablé con él dos días y me dejo con ganas de verlo, tal vez de besarlo pero seguramente le pareció divertido jugar un rato conmigo en sus tiempos libres, él sabe perfectamente dónde encontrarme, si me quisiera ver lo habría hecho fácilmente. No solo he estado sin verlo, también no he podido salir ni un rato porque mis padres han ofrecido cenas casi todas la semanas, cabe mencionar que en todas y cada una de ellas lo he buscado, hasta salgo nuevamente al jardín para ver si lo encuentro nuevamente, pero no, no está. Katia, mi mejor amiga está muy enterada de lo que pasó en la playa, y que me gustan las personas mayores, ella me apoya y llevamos muchos años de amistad, por eso no tengo secretos con ella.  Ahora mismo, Katia está haciendo la tarea que se le olvidó hacer el fin de semana, no es raro en ella, muchas veces es demasiado descuidada. -Entonces, déjame ver si entiendo, ¿El abuelito no te ha buscado desde hace un mes? -No es ningún abuelito Katia, y no, no me ha buscado. -Y si te dio su tarjeta ¿Por qué no lo buscas tú? -Porque mis padres no me han dejado salir y por celular sería un poco extraño, apenas y lo conozco, no pienso decirle "Señor Madox, lo extrañe mucho, venga y béseme nuevamente" -No, ya sé que no, pero si lo quieres ver con tanta intensidad. Aparte, me acabas de decir que tus padres salieron hoy de viaje, puedes aprovechar. Prefiero no decirle nada y ella continua diciendo... -Sofía, ¿entonces tú quieres que él sea tu sugar daddy? -¿Qué es eso? -Mmmm, pues es un señor mayor que te compra cosas y tú le haces favores sexuales. -¿Qué?, No. Sabes que no necesito que me compren cosas, tengo a mis padres para eso. -Entonces, solo quieres una relación "Daddy kink". -No te estoy entendiendo nada de lo que dices. -Eres muy estúpida- suspira- son un conjunto de fetiches, muchos lo consideran un estilo de vida, en donde hay una dominante y sumisa, tú lo llamas "Papi" y él te dice cualquier cosa para bebés, tú serías su "baby girl". -No lo sabía- de pronto recuerdo como dijo "puedo ser un tipo de papi, pero no el que estás acostumbrada" o cuando me dijo bebé o apodos raros. -Ya lo sabes. -Pero, ¿Tu cómo sabes eso? -Es mejor que no lo sepas. Ríe un poco y sigue escribiendo en su libreta, Katia tiene algún tipo de doble vida que no me interesa, y tiene razón, es mejor que no lo sepa pero gracias a ella conozco un poco más de las intenciones de ese hombre.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD