—Él no me golpeó, ¿qué mierda planeas? —con el puño en mi prenda enfrentó a Kesar y puse mi mano en la muñeca de Dunya—. No he denunciado a mi esposo, detente, Stepanov —la hago que me mire posando mi otra mano en su mandíbula apretada. —Las cosas deben tomar su rumbo, no te sobresaltes —le pido que sea inteligente y baile el ritmo de Kesar por ahora—. Cuídate, la próxima vez que nos veamos tu rostro debe estar hermoso, como siempre lo ha sido—besé su frente y tiré de su mano. Dunya ejerció presión, pero con todo dolor la dejé ir. Las cosas se han salido de control y por ahora debemos alejarnos. Poner distancia, no la abandonaré del todo porque siempre querré lo mejor para Dunya. No importa si estamos juntos o no, le deseo que pueda salir de ese tormento y pueda ser libre. Limpié con el