—El drama se te da de maravillas, por eso eres una Diosa —comenta Kiril y al fin muestra emoción en su cara larga—. Nosotros —su dedo índice va entre Lev y su cuerpo— confiamos en ti y por el hecho de que te conocemos —hace una pausa—, debo aclarar que mejor que tú, tomamos decisiones para tu bien. Estoy realmente confundida. —Ella no es… —titubea Polina y mi cara debe ser el reflejo de la confusión en vivo—, lo puedo ver, ustedes creen que desataré el caos y… —calla y los observa a los dos. —¿Y? —cuestiona Lev y se ve menos arisco. —Eres un sukin syn (hijo de puta), pero te amo, así con todo y defectos —la mano se aleja de mi cuerpo y puedo respirar mejor—, corrijo, los amos a los dos. —Ella es voluble, por Dios, es algo inverosímil, pero la he visto con mis propios ojos. Polina es ca