La mano libre de la jefa me llama y corto nuestra poca distancia. Mis ojos buscaron a mi persona y le lanzo una guiñada. Mi chica arisca no huyó. Sostengo la mano de Joa y ella entrelaza sus dedos con los míos. Joa alterna la mirada entre Akin y yo. El gemido de Pavel por el movimiento de su pierna delantera (lado derecho) hace que Joa apriete mi mano. No dudo de que haga lo mismo con Akin. Somos su soporte.
—Falta un poco más, Pavel. —Lo anima Anton y su mano se desenvuelve sin dificultad por la pata.
Pavel no le ha tirado a morder a ninguno. Se estremece, pero no ha dado problemas.
—¡Perteneces a la banda, obvio, tienes fuerza! —murmura Hernán a Pavel y los gemidos del canino se han reducido—. Te mimaré y no pelearé cuando me apartes de Joa. —Jujitsu roza con la barbilla la cabeza de
