Agacho la cabeza conmovida. —Maika —la voz que me ancla me hace levantar el mentón y rápido busco sus ojos maníacos—, eres mi persona —Vilen mueve su barbilla hacia arriba y lo comprendo; no hay que esconder el rostro ante nadie —, mi mujer y haremos justicia. —Empuja a mi padre a un lado y camina con plena seguridad hasta llegar a mi encuentro. Bloqueo todo alrededor, solo hay un hombre oscuro en mi visión y con cuidado de no espetar la navaja en su cuerpo, me refugio en sus brazos. Lo rodeo por la cintura con mechón de Yakov y navaja en mano. Vilen me estrecha dando calidez a mi frialdad. Unos chasquidos de dedos y los bramidos de Yakov me hacen despegarme del pecho. Al echar una ojeada hay dos hombres llevando por el brazo a un salvaje Yakov. —¡Maika, eres mi hija, puedes hacerlo mej