—Me conformo con verlo y dejarle claro algunos puntos sobre mi hijo —pronuncia con ímpetu. —Perfecto, alimenta tu cuerpo para que puedas batallar. —Timur desaparece tras ese consejo a Katyenka. —A comer, no hay de otra si quieres mantenerte en pie —insiste Leonid. —Te serviré el té. —Se ofrece Vic y se va hacia el carrito. Bloqueo a todos y aprieto este aparato. No he hablado con nadie sobre este celular dinosaurio que tengo en mano. Lo tengo encendido desde que llegué al cuarto que uso en esta mansión. Confío en mi infiltrado y no temo repercusiones. Rebusco en el otro bolsillo y saco los otros dos móviles. Es el celular de Lioña y el mío. Luego de curarme la herida, me di un baño y volví a la camioneta. Mi mente repetía los sucesos de la emboscada y mis últimas palabras con Lioña.