—Llama a Joa —susurra y sus manos se aferran a mi espalda—, quiero pedirle que entregue a Dunya el derecho de decidir que hacer con Yakov —dice fañosa y no ha notado que tiene la llave en su poder. —Si es tu deseo, lo cumpliremos. —Me alejo y hago que crucemos las miradas—. Tienes la llave en tu bolsillo —indico con mi boca en forma de pato el lado izquierdo de su pantalón y ella asombrada la busca. —Gracias —la saca y sus dedos la rozan—, debo tomar mi camino y dejarlo con sus creencias —susurra afectada y vuelve a poner la llave en el bolsillo. —Vayamos a la cocina y de paso te limpias los mocos. —Mmm, mi pañuelo hoy no es práctico. —Se queja mi chica arisca mientras acaricia mi pecho, se demora en el tatuaje de lobo y deposito un casto beso en la pequeña luna creciente que tiene en