—Adelante —insta con la mano y la otra metida en su bolsillo del frente del pantalón—, no quiero que pienses que la protegeré —comenta Basil y lo entiendo—. Lo que viví y lo poco que presencié entre ustedes —él se calla y sus ojos se entristecen— era intenso. —Asiente con la cabeza y sus rulos salvajes bailan—. En medio de esa riña de nunca acabarse percibí su inmenso amor, solo que no sirve cuando te fallan una tras de otra.
Basil es una de las personas que puede comprender de primera mi relación con mi hermana. También vi el amor de Dunya, incluso, hacia él. El maldito fallo es que siempre se contenía y permitía que sufriéramos. Si amas a alguien por experiencia propia, no espetas un cuchillo en su corazón. Tan solo visualizar mi mano guiando el arma que hará que mi hombre oscuro derram
