El Idiota se retuerce en los anchos brazos del Gigante y cae encima de mi cuerpo. El cansancio me sobrepasa y me rindo por un breve segundo. Toda mi vida he sabido que era un asco. Pero tuve unas pocas personas que me hicieron valorar mis defectos. Entre ellas, uno de ellos es Lioña y el miedo a perderlo es real. En medio del rumiar de mi estrujado cerebro, pido ser castigado por tantas faltas que he cometido a lo largo de los años. Vilen no merece que sea un cretino con él, pero así funciono bajo la eminente pérdida. No soporto no tener conocimiento del paradero de mi amigo. El control para algunos es fundamental para sobrevivir y en mi opinión ser recto no decide tu vida. En cambio, ser la mejor persona con los tuyos y estar para ellos define tus pasos en este jodido mundo. La soledad es