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Los hombres de Alexei no me dejaban quieta. Por órdenes de él y de la zorra de su madre me hostigaban. No terminé la comida, sus miradas asquerosas encima estaban llamando la atención de los clientes y le tenía mucha estima a Filat. No traería problemas a su restaurante y ni siquiera me despedí de él. Alexei estaba obsesionado conmigo y no entendía el motivo. O sea, me habían echado de la mansión y continuaban jodiendo. Me apresuré a salir por la parte de atrás, la que daba al callejón y la basura. Demonios, venían detrás. Tendré que defenderme. Con cuidado había bajado los escalones y los encaré. Los dos hombres sonreían sádicamente y esperé por su ofensa. Siempre era lo mismo, me amenazaban y sacaban sus palabras soeces.
—Alexei no te quiere cerca —decía el tipejo y disminuyó nuest
