—Maika, qué bueno encontrarte —La jefa nos interrumpe ese incómodo momento que creé sin saber el infierno que desataría—. Lev, te esperan los socios abajo —la voz de Joa es letal y nada cordial. Lev aprisionó mis muñecas y depositó un beso en cada mano. Me he quedado pasmada y aturdida. Esperen, no malinterpreten, Lev es un hombre muy guapo y que haga ese simple movimiento me ha dejado anonadada. Sin embargo, a mis demonios no desestabiliza y eso me lleva a la conclusión de que tal vez necesite un calmante como Lev para mi jodida vida. No me removió nada en mi interior, en cambio, ese hombre oscuro llamado Vilen me tiene de manicomio. —Te recuerdo que mi club siempre estará abierto para tu beneficio, no importa la ayuda que requieras —unimos los ojos y puedo percibir su sinceridad—. Mis