—Al terminar la entrega te visito Katyenka, puja con todos los cojones de la banda —Mikhail la besó en la frente y ella sonrió a medias, pero el cariño lo percibí—. Trae otra guerrera al mundo para que nos gobierne —terminó besando la mano de ella y cerró la puerta. En el poco tiempo que he estado con esta banda he visto más confraternidad de la que tengo con mi hermana y eso me ha sorprendido en demasía. Parecemos hormigas, los hombres mayores se subieron a sus vehículos lujosos y fui llevada por la mano como niña hacia el maquinón. El Gigante nos esperaba y me abrió la puerta Vilen. Nuestros ojos se conectan y puedo ver su pregunta no dicha. Quiere cerciorarse de mi estado y si puedo tolerar el camino sin volverme loca. —Idiota, devuelve mi mano —le hablé arisca y sonrió socarrón. —E