—Estoy mejor que el hijo de puta que tengo delante —bromeo viéndolo con la cabeza caída. —Si pueden hablar sandeces están intactos —rebate mi querida hermana. —¡Cierren el hocico, hay balas volando! —Hemos sido regañados por Jacob. El ladrido de Pavel alcanzo a oír en medio del estruendo. El tirón del cinturón me quema por la sacudida. No le doy importancia y uso el dolor para moverme. Lo primero que hago es quitarme el mío y me pongo de lado para ayudar a Maika. Las detonaciones continúan y logro quitar su cinturón de seguridad. —¡Se movió! —grita Maika y apunta hacia el frente. Reacciono y me giro de prisa, pero mi chica arisca dispara. No lo mata, pero hiere su brazo y alzo mi pistola. Me concentro, bloqueando todo alrededor y apunto entre medio de sus cejas. El tipo tiene coraje,