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Vilen
El beso me recargó para la mierda que caiga. Nadie me detendrá, mi chica arisca ha vuelto y daremos nuestro primer salto.
—Te dimos el espacio que pediste, ahora quiero dormir —responde Lioña y denota cansancio en su voz.
—Hay un problema… —No puedo demorar, mi mujer me espera en el baño.
—¿Ahora qué? —Su disposición me encanta.
Su tono es abrumador, pero su honor no le permite dar la espalda. Lioña es ese tipo de persona, el que siempre está dispuesto a ayudar.
—Recibí la llamada de Evelina procurando por Maika y luego salió con la historia de que su carro no enciende…
—Déjame adivinar —corta mis palabras—, no tiene a nadie a quien socorrer y el dinero escasea en sus manos. —El infeliz es insoportable, pero inteligente.
—Exactamente y se encuentra esperando que le demos
