Valeria se aclara la garganta y escoge una copa para sostenerla – oh, ¿es usted la marquesa Fleman?
No…
– Es Flemen.
– Lo siento, estoy nerviosa, y muy impresionada, usted es tan hermosa como lo dijo su majestad.
La marquesa luce muy interesada – su majestad, ¡me mencionó!
– Dijo que usted era un ejemplo a seguir, mencionó su belleza y lo difícil que era concentrarse cuando usted estaba cerca.
Valeria, no exageres.
– ¡Ah!, también me dijo que no se lo dijera, se veía muy avergonzado, se casará muy pronto y no queremos que su prometida se entere – sus manos están temblando mientras sostiene la copa de vino – quizá, no debí decirlo, me retiraré ahora – se aleja corriendo para dejar el salón y recargarse sobre una de las columnas, antes, no pudo mirar a la marquesa Flemen a los ojos y
