La mañana se alzaba tranquila en el pequeño pueblo, teñida de una suave luz dorada que acariciaba los campos y los hogares. Anne y Teodoro se preparaban para partir, después de unos días llenos de amor y reconexión con los padres de Anne. Mientras se despedían, cargados de regalos y amor, prometieron volver pronto. Alba y Gaspar los abrazaron con fuerza, con lágrimas en los ojos y sonrisas en los labios. "Los extrañaremos mucho", dijo Alba con voz temblorosa, mientras Gaspar asentía con solemnidad. "Estaremos esperando su regreso." Anne y Teodoro se separaron con pesar, sintiendo el peso de la despedida, pero también la promesa de un reencuentro futuro. Con el corazón lleno de gratitud y amor, subieron al auto y emprendieron el camino de regreso a casa. Mientras Fernando se encontraba e