Anne y Teodoro llegaron al pequeño pueblo donde los padres de Anne vivían, rodeado de colinas verdes y tranquilos caminos rurales. El viaje había sido largo, pero el paisaje pintoresco y la compañía de Teodoro habían hecho que cada kilómetro valiera la pena. Mientras el auto rentado avanzaba por la carretera serpenteante, Anne no podía evitar sentirse ansiosa. Era la primera vez en mucho tiempo que iba a ver a sus padres, y había tantas cosas que necesitaba contarles.
Teodoro, siempre atento a las emociones de Anne, le dio un apretón de manos mientras mantenía la vista en la carretera. "Todo va a salir bien, Anne. Tus padres estarán felices de verte y de conocer la verdad. Y estaremos juntos en todo momento."
Anne asintió, agradecida por la presencia tranquilizadora de Teodoro. "Lo sé, T
