Después del tenso encuentro con Fernando, Anne y Sara regresaron a casa con un nudo en el estómago. La cercanía de Fernando y la necesidad de mentirle a Teodoro habían dejado un sabor amargo en sus bocas, pero sabían que debían seguir adelante con su plan de proteger sus documentos. Mientras Anne y Sara intentaban recomponerse en su casa, el teléfono sonó, rompiendo el silencio tenso que llenaba la habitación. Con una sensación de aprensión, Anne levantó el auricular y contestó. "¿Hola?" "Anne, soy yo, Fernando. ¿Están bien?" El corazón de Anne dio un vuelco al escuchar la voz de Fernando al otro lado de la línea. "Sí, estamos bien. ¿Pasa algo?" Hubo una pausa antes de que Fernando respondiera, su tono preocupado resonando claramente. "Anne, tengo un excompañero de estudios que está e