*** LAURA *** Salimos de clases y me despido de mi amiga Marisol. Estoy muy tranquila, esperando a mamá, cuando escucho aquella voz a mis espaldas. —Por favor, hablemos, ¿sí? Te espero en el parqueadero —susurra y sin darme tiempo de responder, camina a paso rápido. Lo pienso un par de segundos, pero al fin y al cabo, necesito decirle que me deje en paz, o al menos eso pretendo. —Fer, no tengo mucho tiempo, así que... —le digo, apenas llego. —¡Hola! —saluda, con una sonrisa—. ¿Por qué me rechazas? —responde, acercándose a mí. Yo retrocedo, hasta que choco con una de las columnas del lugar y él aprovecha para pegar su frente a la mía. —No hagas esto, por favor —le pido, entre jadeos involuntarios. Mis ojos se cierran por inercia, al sentir su cercanía. Sus manos toman mi cintura y, si