La justicia y el amor son aquellos polos opuestos complementarios, tan perfectos pero a la vez tan imperfectos.
Muchas veces, podían ir de la mano o no.
Es tan complicado de explicar, pero a la vez tan facil de entender.
O bueno, al menos en este caso era tan complicado.
Por qué después de todo, al frente de ella estaba el hombre que había amado por años... Aquel hombre que en su momento considero perfecto y por años la hizo sentir un gran revuelo de emociones incontrolables que la dejaban sin aliento pero en busca de más. Aquel hombre que la hizo experimentar lo que era el amor en carne viva y propia, entender el porque las lenguas hablaban que el amor era tan exquisito que llegaba a ser comparado con lo divino y trascendental.
Pero...
Joder, ese "pero" era tan doloroso.
Ya que a pesar de que la hizo sentir todo aquello por años, de que fue lo que busco casi toda su vida y lo que más deseó.
También era... No irónicamente.
El hombre que busco por años.
Siempre lo busco... A pesar de que lo tenía al frente de sus ojos.
Lo había buscado en todos lados a pesar de que tenía a ese hombre todos los días al amanecer a su lado compartiendo cama, o en su cocina preparándose un café para iniciar su día con toda la energía posible.
Se creía tan ilusa... Tan estúpida.
Y se reclamaba el no haberlo descubierto antes... Por qué quizás todo no sería tan doloroso como lo es ahora.
Pero siempre tuvo a su lado a aquel hombre que busco sin cansancio y la destruyó por completo.
Siempre tuvo a su lado, a aquel asqueroso asesino que estuvo buscando.
Y ahora no sabía, si estar de la mano del amor.
O tomar la mano de la justicia y acabar con lo que prometió.