hermosa casualidad

brissia. soy brissia Cardona, desde Muy pequeña mi vida a sido un completo desastre, ya que mi madre muere en un accidente de tránsito cuando yo tenía 5 años, desde entonces mi vida a sido un ir y venir de cosas. explico: desde los 5 años e estado en un orfanato de monjas, aya crecí dónde estudie y cuando cumplí la mayoría de edad me tuve que ir de ahí, ya que de ninguna manera me podía quedar y desde el momento en qué salí de ahí e seguido manteniendo de diferentes trabajos temporales para poder comer, seguir estudiando y tener un techo donde dormir calientita, hoy me estoy graduando de licenciada en administración de empresas y los únicos que están conmigo en este día tan especial es mi mejor amiga casi hermana y mi novio de tantos años, se podría decir que son mi única familia en este mundo ya que a mí padre no lo conocí y ni supe quién era. salimos del evento y mi novio nos dice que vayamos a celebrar los tres, pues accedo ya que por fin puedo buscar un mejor trabajo, nos vamos a una disco a bailar y beber según yo, porque soy muy mala con el tema de la bebida, estamos bailando y riendo, a la vez tomando unas copas, cuando de pronto ya me siento muy mareada y le digo a mi amiga que me lleve a mi casa y mi novio me dice en qué el me va a llevar porque quiere que demos un paso más en nuestra relacion, a lo que yo le respondo con un rotundo no y lo dejamos ahí y nos vamos las dos a mi casa, al llegar me duermo con todo y ropa de fiesta. despierto al día siguiente con un terrible dolor de cabeza por la resaca y en eso viene a mi memoria lo que le dije a mi novio anoche y me arrepiento, busco el celular y le marco a mi amiga para que me ayude a comprar un atuendo que sea sexi para la ocasión, si es cierto no les e dicho que soy virgen, así es a mis 22 años sigo siendo virgen y hoy quiero perderlo con mi novio, el amor de mi vida, con el hombre que voy a llegar al altar. me contesta mi amiga y nos ponemos de acuerdo para ir a comprar lo necesario para mí noche especial, Cuelgo la llamada y salgo corriendo porque ella ya va en camino al centro comercial, llegamos y después de tanto buscar en las tiendas compramos un baby doll que consta de una tanga roja con incrustaciones doradas y el brassier que es diminuto que contrabajo alcanza a tapar mis pezones, ahora ya voy en camino a mi departamento, al llegar a el me doy una ducha rápida, me maquilló y ahora sí llegó la hora de ponerme el conjunto que acababa de comprar y según yo para hacerlo más sorprendente me pongo una gabardina para que cubra lo que llevo puesto y salgo de mi casa rumbo al departamento de mi novio, subo al elevador y me siento muy nerviosa, cuando de pronto el elevador se detiene, es como si el destino no quisiera que pasará lo que tenía que pasar, de pronto empiezo a sentir que todo me da vuelta y el aire me empieza a faltar, después todo se vuelve oscuro y de pronto la oscuridad me acapara por completo. narra Alan. soy alan Peralta, estoy montando en un avión que va de Italia rumbo a la ciudad de México y todo por el capricho de un anciano que es mi padre, ya que según el amis 28 años ya debería sentar cabeza, casarme y haberle dado un nieto para que el mal crie, es lo que quiere y según El para que yo le aga caso de me acaba de dejar a cargo la empresa que a construido a lo largo de su vida, casi llego a México, voy bajando del avión, recojo mi maleta, lo bueno de todo es que no tengo que esperar taxi para ir a casa, porque el chófer de la familia ya me espera afuera, subo a la camioneta y le digo que maneje lo más rápido que pueda ya que estoy aburrido de estár sentado tantas horas y lo que quiero es ir en a unos de mis club a tener un buen polvo de una noche para desestresarme, pero primero tengo que ir a cambiarme al depa, voy llegando al edificio donde voy a vivir y al bajar de la camioneta veo un alboroto fuera del edificio, pero no le tomo importancia y paso de largo ignorando todo el escandalo, para mí no hubo importancia, al querer ingresar al no me dejan entrar, por qué según está atorado y al parecer ahí alguien encerrado en el, cuando de pronto veo que las puertas del elevador se abren y en el suelo ahí una chica tirada inconsciente en el piso y las personas que estaban de chismosas empiezan a gritar que llamarán una ambulancia, cuando yo por inercia corro hacia donde estaba la chica tirada, la cargo y la subo a la camioneta y le digo a Max el chófer que vayamos de emergencia al hospital porque al parecer la chica está deshidratada ya que quien sabe cuánto tiempo estuvo ahí encerrada, al llegar al hospital bajo y la saco de la camioneta y la llevo dentro y le digo a la enfermera que me atendió, que mi esposa quedó atrapada en el elevador y la encontramos en este estado, me da una Camilla para que la recueste y la pueda ingresar a un cuarto de hospital y la revise un doctor o si lo requiere le pondrán oxigeno, no me dejan pasar y me quedo esperando en la sala del hospital a esperar a que salga el doctor que la está valorando. narra brissia. ay que dolor de cabeza, que dolor que ganas de vomitar, todo me da vueltas, entonces preferí abrir los ojos poco a poquito ya que la luz blanca era la que me estaba incomodando y cuando logré abrir bien los ojos es donde me doy cuenta que estoy en el cuarto de un hospital, entonces empiezo a recordar que es lo que había ocurrido para que yo esté en este lugar y viene a mi memoria lo que había pasado y como iva vestida en ese momento me miró, me doy cuenta que ya no llevaba la lencería que había comprado si no una bata blanca de hospital, ¡dios mío que vergüenza, quién me la a quitado!, siento que mis mejillas se ponen rojas, de pronto se abre la puerta del cuarto y entra una enfermera que como que se quería reír o era mi imaginación que me hacía ver alucinaciones, me trago el orgullo y le pregunto cómo había llegado ahi y que si quien me había desvestido y ella responde amablemente que mi esposo Muy desesperado me había llevado inconsciente y no que como cuando llegue ahí no había personal para atenderme mi esposo me había quitado la ropa y me puso la bata, que el se había quedado con mis cosas, en eso me quedo en shock escuchando todo aquello, ya que yo no tenía esposo o era mi novio Jefferson el que me había rescatado, quizás la enfermera me vio muy pensativa y me dijo que llamaría a mi esposo para que me explicará todo, yo me quiero morir de la pena quisiera que me tragara la tierra y me vomitara en China, en eso estoy con mis pensamientos cuando veo en entrar un hombre muy elegante, guapísimo que parecía un mismito Dios de esos que son de los mitos griegos, una sonrisa que me dio que está de infarto, mis mejillas se vuelven a ponerse rojas de la vergüenza, cuando derrepente oigo que me dice, hola soy Alan tu esposo de mentiras y me da una mirada burlona, me armó de valor y le pregunto que porque había dicho que era su esposa y que había hecho con mi ropa, me responde de lo más natural que era la única manera de me atendieran rápido, despues saca de la bolsa del saco que cargaba mis diminutas prendas y me dice de una manera muy pero muy coqueta, que debo de dejar de andar por la calle de esa manera y como ya estábamos ahí solos le digo que ni en sus más remotos sueños se le ocurra volver a recordar lo que pasó en ese cuarto de hospital. narra Alan. después de un tiempo sale la enfermera a avisar que mi esposa había reaccionado del desmayo que le había dado y me da acceso al cuarto donde estaba ella, aunque no se porque motivo me ponía nervioso solo de recordar cómo iva vestida y que yo le había quitado las prendas de su hermoso y voluptuoso cuerpo, la miro está un poco desubicado, pero cuando me ve automáticamente se le ponen rojas las mejillas y no es para menos, según yo para aligerar el ambiente le digo qué soy su esposo falso y que no debe de andar por ahí así, aunque en realidad me daba rabia solo de imaginar que iva vestida así para alguien más y no era para mí, de muy mala gana saco de mi bolsillo sus atractivas prendas que con mucho gusto le quite. en eso estábamos tratando de entablar una conversación cuando vuelve a entrar la enfermera y me dice que necesitaba los datos de mi esposa y yo la miro a ella pidiendo ayuda porque ni siquiera sabía cómo se llamaba, ella capta mi mirada y le dice a la enfermera que ella se los iba a dar para que no hubiera ningún error, ahí fue dónde escuché su nombre, la enfermera termina de anotar y sale porque dice que el dolor vendrá a valorarla para ver si ya puede darle de alta, nosotros solo le asentimos, entra el doctor, la revisa y nos dice que ya pasó el peligro, que ya me la puedo llevar a casa, nos dice el doctor que nos deja solos para que se cambie, le pasó la gabardina para que se ponga y me doy la vuelta aunque quisiera ver no podía, se cambia y salimos de ahí, la llevo a su casa al salir de la camioneta me dice que solo espera una cosa en esta vida y es solo no volverse a topar conmigo, pero lo que ella no sabe es que vivimos en el mismo edificio.