En el tranquiló pueblo de Ojo del sol, Mia encontró a Agustín como siempre empujando serenamente su carrito de dulces por las empedradas calles. Sin que se diera cuenta se aproximó a él, que absorto avanzaba serenamente tarareando una canción. Poco a poco se fue acercando, haciendo el menor ruido posible pues quería sorprenderlo. Finalmente estuvo a escasos centímetros suyo, lo rodeo con sus brazos y lo apretó con fuerza, provocando que este diera un pequeño saltito de la impresión. - Guau, ¿Y ahora a que se debe tantas muestras de cariño? – sorprendido, pues no se esperaba semejante efusividad, quiso saber el amigo que percibió al instante lo feliz que estaba Mia, pues estaba radiante. - Estoy super mega contenta Agus, y todo es gracias a ti y a la maravillosa de tu mamá. –