La francotiradora llamada Katta de reojo miraba los entrenamientos de Rubí pues estaba justo en un punto estratégico donde su comandante no la podía ver, le chocaba verlo sonreírle a ella, la atención que le prestaba a esa mujer debilucha como le decía la curiosa enojada Era tal la furia y envidia que le tenía que apunto para herirla y hacer pasar como si fuera un accidente, Rubí había agarrado de nuevo la bola de acero para volver a lanzarla con todas sus fuerzas cuando tropezó un poco y se hizo a un lado justo cuando la envidiosa de Katta apretó el gatillo y la bala rozo a quién no debía que solo gruño del dolor y atisbo entrecerrando sus ojos para darse cuenta de que sitio salió el disparo y sus ojos conectaron con los de Katta y Él solo dijo furioso —Maldita sea, mierda pero esta