Narra Helen.
No podía creer que Cristian fuera a cobrarme un favor, pero no importaba lo que pudiera con tal de tener a mi mejor amiga trabajando y junto a mi.
“Di por favor de una maldita vez lo que quieres”, dije un poco enfurecida.
“No te enojes, no soy como piensas, no te pediré nada a cambio, envíame por correo el nombre de tu amiga y solicitaré que la contraten”, respondió con una risa de satisfacción.
No voy a negar que me sentí con un gran alivio saber que no me pediría nada a cambio, había un peso en mis hombros que finalmente se convirtió en calma.
Salí feliz de la oficina de Cristian, rápidamente escribí el nombre de Ana por correo para que él diera la orden de que la contraten.
Llegado el medio día, el chofer me estaba esperando cerca en la salida, Cristian le había dado
