Durante todo el día no fui llamada por Cristian, todo indicaba que estaba realmente enojado. De repente llegó a mi mente que no debía estar preocupada por lo que Cristian pensara de mi, quizás eso me ayudaría a que finalmente se diera cuenta que no podía tenerme en su vida, pero estaba tan confundida porque realmente tampoco quería irme de su vida, cualquier persona en mi lugar diría estar enamorada pero yo no reconozco ese sentimiento, así que si estuviera sintiendo algo por él debía acabar con eso, no podía amar a un hombre que me ha hecho tanto daño. Llegada la hora de salida me dirigí a la oficina de Cristian, al llegar el estaba poniéndose su saco. “Hola Cristian”, dije con timidez. “Hola Helen, le pediré al chofer que te lleve a casa, hoy iré con mi amigo a una carrera de autos”,