Ya está anocheciendo cuando termino de vestirme y salgo al comedor a cenar. Necesitaba un momento de relajación para poder pensar con claridad acerca de toda mi vida.
Quiero negarlo, pero me fue imposible no echarme a llorar cuando estaba en la bañera. Había pasado un tiempo desde lo que pasó con mi mamá, desde la perdida de mi abuela y yo aún no había sido capaz de llorar como se debía, de sacar de alguna manera mi rabia e impotencia contenida. Todas las cosas malas me cayeron encima tan rápido que simplemente no súper cómo reaccionar sentimentalmente, más que intentar sobrevivir ante todas estas adversidades. Eso es lo que querría papá y mi abuela.
No sé cuánto tiempo estuve encerrada llorando en el baño, desahogándome, pero agradecía internamente el estar sola al menos unas horas.
No
