Creo que en mis veintitrés años de vida solo he ido a la playa dos veces. Una vez con mi mamá por su cumpleaños y otra con Jasper en vísperas de nuestro aniversario, cuando me entregué a él por primera vez.
Para mí la playa siempre había sido un lugar mágico, dónde reinaba la tranquilidad y la paz absoluta. Me gustaba como la brisa revoloteaba mi cabello por todas partes y que mis pies sintieran la arena mojada mientras caminábamos por la orilla era de las mejores sensaciones de mi vida.
Uno de mis lugares favoritos.
Y ahora estoy aquí, con Theon Kaiser, sentados en la arena en completo silencio mientras miramos la tranquilidad del océano iluminado por la hermosa luz de la luna.
Este hombre siempre me ha parecido una persona muy cambiante, como un camaleón. Siempre con una capa diferen
