El calor que emanan nuestros cuerpos logra empañar los vidrios del auto. Había pasado mucho tiempo desde que tomé su cuerpo, últimamente había estado ocupado, así que no había pensado en ella realmente.
En cuanto recibí su mensaje, no pude evitar soltar una sonrisa de autosuficiencia. Ella sabe cómo lograr lo que quiere y aquí está, encima de mí mientras la penetro rápidamente en el pequeño espacio que nos regala mi auto. Su cabello suave y sedoso se pega a su frente sudada y sus labios se mantienen entre abiertos mientras gime mi nombre una y otra vez.
Su pequeño y delicado cuerpo rebota sobre mí una y otra vez mientras una de mis manos la toma del cuello con fuerza. A pesar de que no hemos estado juntos en varios años, su cuerpo sigue reaccionando al mío justo como la primera vez y deb
