6 Cade Cade era consciente de que estaba moviendo su rodilla, su peor demostración de nerviosismo, pero no podía evitarlo. Solo estar en la oficina del doctor Hersh lo afectaba, aunque no estaba siendo cuestionado. Interrogado, mejor dicho, pensó él. Siempre era extraño entre en la oficina. Era limpia, moderna y casi estéril. Un enorme contraste con la sala de espera donde había dos sofás viejos y cobertores cosidos a mano con frases inspiradoras. Claramente, cada espacio fue decorado por dos personas muy diferentes. Cade adivinó que la oficina era más del estilo del doctor Hersh y eso tenía sentido. Estéril y poco acogedora, al igual que él. —¿Se va a quedar mirándome por toda la hora? —preguntó finalmente Cade. —Podría, pero no es mi preferencia —dijo el doctor Hersh. Sí. Yo tam