CAPITULO 15 “Investigando el universo.”

1596 Words
  (ABRIL 15, 2015, PLANETA IDRIS, GALAXIA TAXOS) (Ahmanet)               He estado investigando por medio de la visión, y he dado con un punto brillante, al parecer está pasando algo, una guerra, me acerco para saber qué es lo que pasa, me acompaña Anubis solamente, si es una guerra interna no puedo interferir a menos que estén dispuestas las partes a parlamentar.               Pero descubro que no es una guerra, es una invasión, y a los invasores los conozco, soy Chitaury, así que me traslado inmediatamente a donde se encuentra el gobernante de Idris, la Ministra Aeolion, y me presento. -Señora Ministra Aeolion, no me tema, yo he venido a ayudarles.- dije al ver que varios guardias se ponían en estado de alerta y me apuntaban con sus armas.               Idris es un planeta algo avanzado en comparación con la tierra, ya que sus armas son de energía, y sus medios de transporte son basados en la misma energía. -Quien eres.- me pregunta un hombre alto que parece ser un comandante militar. -Ahmanet, la etérea, la protectora y guardiana de la vida, señora de la muerte y he venido a ayudarles. -No te conocemos ni hemos escuchado de ti.- dice el comandante -silencio general Dromios.- dice un anciano de gran barba y que se nota de una muy avanzada edad. -no interfieras Guardián del conocimiento, ella puede ser una espía.- le dice el que ahora sé que es el General de los ejércitos del planeta. -Precisamente General Dromios, yo soy el Guardián del conocimiento y es por eso que se quién es ella, los más antiguos libros hablan de ella, pero nunca creí que alcanzaría a verla. -Antimonio, Anciano guardián, estas seguro de lo que dices?- pregunta la Ministra Aeolion. -si mi Señora Ministra, como Gran Guardián del conocimiento he leído todo lo que existe en la gran biblioteca, y en un pergamino muy antiguo se habla de ella, la que ha de proteger al universo y mantener el equilibrio, la etérea, la protectora de la vida, señora de la muerte, pues esta había nacido ya, más de quinientas generaciones han pasado desde la aparición de ese pergamino, nunca el universo estuvo tan en peligro como ahora, y es por eso que hoy ella ha venido a nosotros, para ayudarnos y protegernos.- dijo el anciano -Entonces tú eres ella, a la que anuncia el antiguo pergamino?- pregunta el General Driomios. -sí, soy yo, estuve apresada por mucho tiempo, pero ya me libere, y ahora es el momento en que he de cumplir con mi deber. Que es lo que sucede aquí?               Todos me ven y esperan a que alguien hable. Es el anciano Antimonio el que lo hace. -Gran señora, tu una Diosa Guerrera debes saber que en estos momentos un ejército de demonios nos invade, han asesinado a muchos, sin importar si son ancianos, hombres mujeres o niños, nos quieren exterminar mi señora.- me dice Antimonio -Hemos hecho lo posible por responder y defender a la población pero son demasiados y no hemos logrado sacarlos de Idris.- me dice el General Dromios. -podrás ayudarnos Gran Señora, Mi pueblo muere?- me pregunta la Ministra y Gobernante Aeolion -repliéguense y déjenme luchar a mí, no quiero que alguien más resulte herido en un fuego cruzado.- les ordeno y veo que el general Dromios da órdenes. Mientras yo salgo de la protección de la pequeña fortaleza en la que se resguarda la Ministra, saltando fuera de ella y apareciendo en el centro de lo que es un mercado, a la vista de todos, segundos antes de que los chitaury ejecuten a cientos de Idriacianos., entre los que había muchos niños.               Al aparecer lo primero que hago es cambiar mi apariencia apareciendo ante ellos como lo hice en aquel techo en Albania, Anubis ha tomado su forma humanoide y lleva sus armas en las manos.               Los Chitaury al descubrirme gritan y varios de ellos tratan de atacarme, pero tan pronto como se movieron Anubis se movió interponiéndose entre ellos y yo acabando con ellos muy rápido, esto al parecer los molesto pues atacaron más, mientras que otros se lanzaban contra los ciudadanos de Idris.               Fue en ese momento en que haciendo un gran escudo los protejo y los teletransporto hasta dentro de la fortaleza en donde está protegida la Ministra Aeolion.               Tras haber puesto a los ciudadanos a salvo, creo varias decenas de esferas de energía las cuales irán buscando ciudadanos y los pondrán a salvo en la fortaleza o lejos de las batallas.               Veo a Anubis que lucha aguerridamente contra los Chitaury y a pesar de solo ser uno contra cientos, no logran pasarlo.               Es en ese momento en que hago el llamado. -Aknatzu deí Anubis, Sets ja.- y veo como de la tierra surge una nube de arena, levantándose y avanzando hacia mí, a través de las filas de los invasores, hasta llegar ante mí y comenzar a desvanecerse, dejando a la vista a miles de seres parecidos a Anubis, con las mismas armas, solo se distinguen de Anubis por el collar de este.               Esto sorprende a los Chitaury que gritan y Anubis se desvanece para aparecer frente a mí y hacer una reverencia, la cual es imitada por todos los guerreros del ejército de Anubis. Es cuando escucho decir a Anubis. -Mi señora y hermana mía, Gran Ahmanet, la etérea, la protectora y guardiana de la vida, señora de la muerte, yo el Dios Anubis y mi ejercito estamos aquí para servirte, ordena y obedeceremos. -Anubis, hermano y guardián mío, ayúdame a proteger al pueblo de Idris, tu sabes cuál es mi deber, no dejes que una gota más de sangre de Idris sea derramada; ataca a los invasores y hazles pagar por la muerte de inocentes. -Ahmanet, mi señora y hermana, tus ordenes serán cumplidas, ninguno de los invasores quedara vivo si una sola guita de sangre de Idris es derramada desde ahora.- dice Anubis y dándose la vuelta le escucho ordenar a los guerreros divinos. -Dakarun sojojin Anubis; ba zubar da jini na Idris ba aza a zubar da shi ko masu mamaye zasu mutu. Attack (Guerreros del ejercito de Anubis; ni una gota más de  sangre de Idris se derramara o los invasores morirán. ATAQUEN)               Veo a los guerreros del ejercito divino de Anubis, lanzarse al ataque tras del mismísimo Anubis y dejar heridos a los Chitaury los cuales trataban de retirarse.               La batalla era cruenta, yo no podía hacer otra cosa que sacar mis armas de energía y luchar, así que me teletransporté a un lugar alto para a****r con mi arco con flechas de energía, más que nada a las enormes serpientes que surcaban los cielos, las cuales, tras mis ataques comenzaban a caer.               Pero algo sucedió, un fuerte estruendo se escuchó y el cielo se volvió rojo. En eso escuche a Anubis gritar. -An zubar da jinin maras kyau. Kuma ya nemi fansa da adalci. Cewa hukuncin da aka yanke ya cika. Kashe su. (Sangre inocente ha sido derramada. Y reclama venganza y justicia. Que la sentencia dictada sea cumplida. MATENLOS.)               Vi como los guerreros de Anubis comenzaban a matar a todo chitaury que se atravesaba en su camino, la batalla estaba ganada desde el principio, pues el ejército divino de Animus es inmortal, pero me dolió saber que más inocentes habían muerto en esta invasión aun así comprende que este no sería el primer ataque y tampoco sería el último.   Pero era mi deber cuidar de toda la vida en el universo, quien comandaba a los Chitaury los había enviado a aniquilar a la mitad de la población y a someter a los que quedaran, y para mantener el equilibrio yo debía acabar con los invasores, o al menos sacarlos de aquí.   Cuando todo acaba, no quedan más que cuerpos de Chitaury, solo algunos escaparon, aquellos que vieron todo perdido y salieron del planeta. -Anubis que los guerreros ayuden a los heridos y que vean si quedo algún invasor más, no d***o sorpresas.- le ordeno.               Anubis no necesito retransmitir mis órdenes que fueron obedecidas de inmediato. Los habitantes de Idris comenzaron a salir de la fortaleza detrás de la Ministra y Gobernante Aeolion, todos veían a los cuerpos de los invasores con temor como si estos fueran a levantarse. -Ministra Aeolion, es necesario que su ejército acarre y queme los cuerpos de los invasores, pues estos podrían provocar enfermedades desconocidas en Idris.- le digo, ella se vuelve hacia el General Dromios y le ordena. -General Dromios, que nuestras tropas carguen a esos seres y los lleven a los incineradores, no esperemos a que sus enfermedades  se esparzan por Idris.- -Como ordene señora Ministra.- le responde el General y dando las ordenes pertinentes. -Gran señora, gracias por su ayuda, sin usted todo Idris habría sido destruido.- me dice la Ministra -No se preocupe, dejare un escudo que se mantendrá gracias a la energía de vida que emana de Idris mismo, ellos ya no podrán volver a atacarles, aun así yo estaré vigilante.               Varias horas después cuando ya los guerreros divinos se habían asegurado de que no quedaba ningún Chitaury en Idris con vida, los libere de su labor. -Ejercito de Anubis han cumplido con su deber, descansen.- y frente a mi tal y como llegaron en una nube de arena se desvanecieron. Anubis se acercó a mí para decirme -Princesa, señora y hermana mía, es hora de irnos, tú debes descansar. -lo se Anubis, estoy agotada, vamos a casa.- le respondí y poniendo mi mano sobre la que el tenia extendida hacia mí, nos desvanecimos, reapareciendo en el departamento que Fury puso para mí.                                      
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