prólogo.

677 Words
No sé cuándo pasó exactamente, y no es que no recuerde el momento exacto en el que sucedió, no es que no me haya importado o solo pasó, no, el verdadero motivo es que no lo recuerdo, porqué desde que tengo uso de razón estoy enamorada de Lautaro Blake. ¿Cómo puede ser que yo, Milagro García, se enamoró de él?, no es porque sea hermoso, porque ciertamente lo es, no es porque tengo un cuerpo de infarto porque realmente lo tiene, o su altura imponente, porque también la tiene, o esos labios que instan a besar, o ese cabello castaño oscuro que invitan a pasar los dedos por allí, no, lo que me encanta de él, es su sencillez, su simpatía, lo atento y carismático, lo buen chico y agradable que es. Su sonrisa que ilumina todo el lugar, y esos ojos, ¡por Dios! esos ojos verdes que te invitan a la calma!. Es el combo completo de la perfección, este chico tiene todo lo que una chica quiere. Creo que padezco de síndrome de Stendhal, ¿en qué consiste este síndrome? Se puede catalogar como una enfermedad psicosomática que causa un elevado ritmo cardíaco, felicidad, palpitaciones, sentimientos incomparables y emoción cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estás son consideradas extremadamente bellas, porque ciertamente lo es, Lautaro Blake es una obra de arte, y me hace sentir exactamente eso cada vez que lo miro, hablá o simplemente sonríe. Seguro pensaran que estoy loca, porque quién en su sano juicio puede enamorarse de alguien siendo tan pequeña, pero así es, estoy completa y absolutamente enamorada de Lauty, siempre estoy pendiente de él, de lo que hace y deja de hacer y aunque intenté quitarlo de mí mente mil veces, no lo logré, y juro que lo intenté, traté de no verlo, ni de pensarlo, traté que me gusten otros chicos, pero nada, absolutamente nada de lo que haga resulta, ahora se preguntarán. ¿Cuál es el problema? El verdadero problema es que él es el mejor amigo de mi hermano mayor, Kevin, aún antes de que yo naciera, con quién se conocen de todo la vida, quién es muy celoso de mí, y no solo ese es el problema, Lautaro también me ve como a su hermanita menor, siendo que tiene una y es mí mejor amiga. Cuatro años, cuatro malditos años de diferencia no son nada, aunque en estás circunstancias sí lo son, él siempre será un hombre, y me verá como solo una niña, además de que me lo recuerda a diario. Al principio no sabía ni siquiera qué significaba este sentimiento, vamos como podría sentir tanto por alguien que ni siquiera es tu familia. Pero lo descubrí, y descubrirlo no me hizo más feliz, al contrario es algo frustrante además de imposible, él no se fijaría en mí, y si en algún momento muy, pero muy lejano lo hiciera, no traicionaría a su mejor amigo, porque si algo le dejó en claro mí hermano, Kevin, a todos sus amigos, es que a su hermana no se la toca, no se la mira, y se le habla poco, solo Lautaro puede hacerlo y solo por el hecho de que me conoce desde que estoy en la vientre de mí madre, no lo traicionaría, mi hermano confía en él. Él me ve como si fuese su hermana, pero yo ya tengo hermano, y él una hermana, quisiera repetirlo cada vez que mí hermano y él me lo recuerdan, pero para mantener la paz, y poder mantenerme a su lado, mejor guardo mí secreto. Alguien tan hermoso puede tener a cualquier mujer, no se fijaría en una niña, no se fijaría en la hermana de su amigo, no se fijaría en mí. Y aunque me encantaría que me vea de esa manera, eso sería imposible, no mentiría eso me encantaría, eso sería un sueño. Un sueño recurrente que tengo desde que recuerdo. No debí enamorarme del amigo de mí hermano. Tenía prohibido enamorarme. Y sobre todo mí hermano no debe enterarse.
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