Prólogo. Jamie, el hermano de Calixta
En esos últimos dos años, Sisi, se había hecho muy amiga de Calixta Falcone.
Muchas cosas habían pasado. Esta se había casado con el amor de su vida, Charlie Carrington y ahora esperaba mellizos.
Sisi había empezado a trabajar para mas ranchos, ya no era una jovencita recién recibida, ya tenía 28 años recién cumplidos.
Había decidido dejar crecer su cabello y lo llevaba actualmente largo por la mitad de su espalda , pues había crecido rápido, y se lo había teñido de color rosa. También se había hecho un tatuaje de una enredadera que iba desde su muñeca y trepaba hasta su hombro.
Grande fue su asombro cuando fue a asistir al parto de la yegua de Calixta, Azabache, y se la encontró luego de un rato allí.
-Calixta, pensé que no vendrías!- le dijo cuando la vio entrar con el gran vientre abrazándola con cuidado. Pues estaba muy panzona, a ella también le faltaba poco.
-No me lo iba a perder de ninguna manera, por nada del mundo- le aseguro Calixta.
Copo de Nieve, el padre de los potrillos de Azabache, había sido puesto en un Corral un poco alejado ya que no querían que pusiera más nerviosa a la yegua ni se pusiera el nervioso por las circunstancias... ya que el caballo era consciente de que su hembra estaba dando a luz a sus potrillos. Pues eran dos también. Cómo los futuros bebés de Calixta.
Ella, ni bien entro al corral le hablo con su voz susurrante de sirena a la yegua y le dijo tranquilizadora
-Aquí estoy mi amor, aquí estoy- y con mucho cariño la empezó a acariciar a la yegua que estaba muy nerviosa ya. El animal al sentirla un poco se tranquilizó.
-Cuánto crees que le falta?- le preguntó Calixta a Sisi.
-Por lo que estuve viendo no le falta mucho...- Igual que a Calixta, pensó Sisi por dentro.
En ese momento un hombre joven de unos 26 años aproximadamente rubio muy grande con físico de futbolista americano y ojos azules profundos como los de Calixta apareció por el corral. Sisi no lo conocía, ni lo había visto en su vida sin embargo...
-Jamie, qué haces aquí? pensé que estabas en Australia estudiando los nuevos métodos de ganadería...- exclamó Calixta con evidente sorpresa abriendo grande sus ojos azules.
-Creo que debería ser yo quién pregunté qué haces tú aquí en ese estado. Pero bueno veo que puedes contra la voluntad de tu marido- dijo este con voz resignada conociendo seguramente el temperamento de ella. Y luego le respondió:
-Acabo de volver prácticamente y me dijeron que una yegua estaba por parir, así que me vine directo para aquí...- completó. Y observó a ambas mujeres. Su hermana, alta y bella a pesar de su embarazo. Y otra que no había visto jamás...hasta dónde él sabía.
Jamie, uno de los hermanos gemelos menores de Calixta, observó a la joven junto a su hermana más exhaustivamente. Era muy pequeña , de cabello lacio largo en color rosa y ojos grandes de color verde claro... estaba llena de piercings por cada parte de su cuerpo visible y también tenía un par de tatuajes según lo que podía observar:
-Perdón- le dijo -¿ te conozco de algún lado???-
Sisi se quedó hipnotizada por un momento viéndolo, sentía una fuerza que la atraía como un magneto, como si lo conociera de otro momento de su vida...o de otra vida quizá, como saberlo...
-¿Sisi?- le pregunto Calixta extrañada viendo que su amiga había quedado como en shock, nunca la había visto así. No reaccionaba.
El comentario de Calixta la saco de su ensimismamiento y extendió la mano para saludar al hombre con formalidad:
-Mucho gusto soy Sisi, la veterinaria- le dijo sonriente mientras le extendia la mano. El le dijo a su ves -Yo soy Jamie Falcone, el hermano de Calixta. Un gusto-
Cuando sus manos se encontraron ambos sintieron una descarga de energía que los dejo impactados.
Sisi sacó su mano del agarre inmediatamente, como si le quemara... Jamie también sintió algo especial...
Pero la yegua eligió ese momento para comenzar a parir su primer potrillo.