La curvy y el CEO italiano

Milán Franco se sentía inquieto. Todos estaban de festejo por el casamiento de su hermana menor con Maximo Rossi y él se sentía un imbécil, pendiente de la llamada Roberta que se suponía debía ir con él pero estaba demorada, le dijo que una amiga tuvo un problema y estaba atrasada...que él se le adelantara. Había estado enviándole mensajes pero nada... Luego de tantas idas y vueltas que habían tenido, había decidido darle una última oportunidad...a quién quería engañar, ella le había prestado atención cuando solo era el hijo gordito y poco atractivo de Gianni Ferrante y...lo enloquecía en la cama. Esa mujer emanaba erotismo por los poros...y lo manejaba como quería por eso. Y por eso, a pesar de todas sus "indiscreciones" siempre volvía a ella. No importaba que Roberta ya hubiera pasado los 30 y su carrera de modelo hubiese caído un poco en el olvido ni que Franco ya no fuera el joven gordo y poco atractivo, sino un hombre buen mozo y próximo CEO de la casa de moda Ferrante, una especie de Armani pero con más clase. Su relación, donde él está subordinado a sus caprichos, seguía inalterada. Hubo una sola vez que él estuvo a punto de escapar de las garras de Roberta pero de eso hacía unos cuatro años aproximadamente, y fue cuando se reencontró con su crush de juventud Skyler. Skyler había sido su amor de juventud y no solo eso...había sido una de las modelos más importantes de su época, como una Bella Hadid sólo que muy rubia y de sonrisa inocente...había tenido literalmente el mundo a sus pies, con su metro 74, su cabello rubio con bucles, sus piernas larguísimas y su rostro angelical coronado de unos ojos de color turquesa de pestañas larguísimas, tuvo a todas las marcas peleando por tenerla. Hasta que desapareció misteriosamente de escena unos meses antes de su reencuentro con ella. La joven mujer, tenía ese "nosequé" como decía su padre, como carisma o ángel...o glamour...solo con llegar a un lugar llamaba la atención haciendo que todos se giraran para verla embelesados. Su hermana, la ex modelo Chiara Ferrante y actual condesa de Essex luego de casarse con un lord inglés, era igual. Solo que donde Chiara llamaba la atención por su aspecto de vampiresa italiana, Skyler lo hacía por su aspecto a querubín, haciendo que los hombres se preguntaran que tan inocente era en la cama. La última vez que había visto a Skyler justamente fue hacía cuatro años con su hermana. En un club nocturno en Londres...solo que se hacía llamar Kylie y pesaba por lo menos unos 20 o 25 kilos más de lo que él recordaba...obviamente le siguió él juego...aún recordaba su rechazo cuando ella tenía unos 24 y él posiblemente 28...Estaban tras bambalinas luego de un desfile de la marca de su familia...Él nunca supo si fue porque no sabía quien era él o no le importaba directamente. En ese entonces el metro 86 de Franco no era de puro musculo sino de pura grasa. Usaba gafas y aún estaba en tratamiento para curar su acné, su alimentación no era muy sana tampoco pues vivía comiendo comida chatarra...tampoco vestía con estilo y era solo un simple ayudante pues Gianni quería que empezara de abajo. Su piel y cabello lucían grasosos aunque se los lavara mil veces...pero él había tenido posters de Sky desde que ésta desfilaba siendo solo una adolescente de 13 o 14 años, le había dedicado muchas noches de placer en solitario...con su mano. Se la imaginaba sonriendo mientras hundía su cabeza en su entrepierna para tomarlo con los labios...Todo eso lo motivó a acercarse. — Ho...hola...— le dijo él con timidez. Tenía un jean y una camiseta de una banda de rock. Ella se giró y lo miró, dedicándole una sonrisa de dientes brillantes como perlas blancas con esos labios carnosos que lo hacían pensar en cosas de lo más pecaminosas. — Te vi desfilar, estuviste increíble — murmuró él reuniendo coraje. — Gracias cariño. ¿Quieres un autógrafo??? — N..no no jaja no gracias — respondió él y se ruborizó — Solo me preguntaba si podía...mmm no sé, ¿invitarte a cenar tal vez??? Él nunca olvidaría ese gesto, esa mirada de ella como si estuviera viendo a un cachorro callejero en búsqueda de afecto...solo le faltó palmear su cabeza. — Lo siento cariño...pero estoy viéndome con alguien.. .igual gracias...— dijo ella amable antes de despedirse porque unas amigas la llamaban. En ese momento él era lo que ahora se conoce como stalker así que sabía que ella no estaba de novia ni viendo a alguien seriamente...sabía cada paso que daba de hecho. Y sí, su rechazo le dolió. Fue poco después de eso que empezó a frecuentar a Roberta...y no mucho después que decidió cambiar su dieta y hacer ejercicio, hasta convertirse en ese hombre musculoso y macizo, así como atractivo de cabello y ojos cafés y cuerpo de músculos marcados, sin tener nada que envidiarle a los modelo masculinos. Su hermana Chiara se acercó agitada, sus sobrinos seguramente ya debían estar durmiendo con su nana en una de las habitaciones del lugar donde se estaba celebrando la boda. — ¿Se puede saber que cazzo haces aquí como un ogro solitario??? No me digas, esperando la llamada de "Roberta" — exclamó Chiara sin poder ocultar su fastidio —. Realmente maldigo el momento en que te la presenté...— gruñó sin poder evitarlo. — Te pido que no hables así de mi novia Chiara...— le dijo con voz dura a su hermana, la mayor de las 4 aunque él le llevaba casi cinco años. Chiara se sentó junto a su hermano. Eran hijos de diferentes madres él, ella y Valentina y las gemelas Giuliana y Francesca, que tenían otra madre diferente. Pero por alguna razón, la de ellos era la relación más tirante. Chiara creía que en el fondo él se sentía amenazado por ella aunque no tenía porqué...ella no tenía ninguna intención de dirigir la firma de su padre, de hecho era muy feliz en Londres como esposa de Phillip y madre. Con un suspiro pensó que quizá debió haber hecho algo para juntar a Skyler con su hermano...solo que había temido que él la lastimara...había recuperado la amistad de la joven, luego de tener un amorío con su novio...bueno el pasado de Chiara no era tan limpio y aunque no se arrepentía de nada a su favor había que decir que el novio de ese entonces de Sky era un playboy y ella no había sido su única conquista...aún así luego se arrepintió y cuando la encontró en Londres cuatro años antes, con unos kilos más encima y muy triste por la muerte de sus padres quiso acercarse y retomaron la amistad. Una noche la acompañó a bailar y se hizo pasar por otra, con otro nombre pero Chiara se dió cuenta de que no engañó a Franco...y sí, temió que él buscara venganza por el rechazo de ella unos años antes...lamentablemente Skyler volvió a Estados Unidos y así se evaporó la única oportunidad real que hubiera tenido de que Franco se alejara de las garras de la zorra de Roberta... Ella no tenía nada en particular con la escultural castaña, no le reprochaba que saltara de cama en cama...lo único que repudiaba era que hiciera ésto siendo novia de su hermano, restando el hecho de que Franco la mantenía y ella tenía gustos caros así que no...pese a que él pensara mal de ella, solo quería protegerlo y alejarlo de esa arribista que solo prometía un corazón roto, deudas y muchos problemas. La italiana tomó la mano de su hermano. — No quiero discutir contigo Franco...solo...estamos todos juntos, disfrutando, mira — dijo señalando a su alrededor —. Hasta papá está bailando y tú estás aquí esperando la llamada de una mujer que, seamos sinceros ¿cuántas veces te ha engañado en estos últimos años??? Franco trabó su mandíbula. — Ella es una mujer muy apasionada y yo quizá la desatendí...— le defendió él. Chiara agarró la barbilla de su hermano. — Caro, deja de justificarla... — Tú hacías lo mismo...— exclamó él con evidente molestia por ser confrontado con la realidad. — Yo era soltera...— murmuró ella con suavidad. En ese momento la charla fue interrumpida por una llamada al teléfono de su hermano. Ella lo soltó y él atendió...y aunque respondía con monosílabos en italiano, Chiara intuyó que algo no estaba bien. — ¿ Era ella??? — preguntó su hermana frunciendo el ceño. Él negó pálido. — Era del hospital, Roberta tuvo un accidente...