CAPÍTULO 68: UN PADRE ABNEGADO. Finalmente, Elijah e Isabella llegaron al hospital, un edificio imponente con luces parpadeantes en la entrada. Isabella salió del auto casi antes de que se detuviera por completo, sus zapatos resonando en el pavimento mientras corría hacia la entrada con el corazón en la garganta. En la sala de emergencias, Coraline vio a Isabella entrar y se levantó rápidamente. ―Gracias a Dios que estás aquí. ―¿Dónde está? ―preguntó Isabella, desesperada. En la sala de emergencias, los médicos lo están atendiendo. Isabella se dirigió hacia la sala indicada, su corazón latiendo con fuerza. «Nicholas, mamá, está aquí, pensó con determinación. Voy a cuidarte, pase lo que pase» Mientras tanto, Sebastián, ajeno a todo, seguía atendiendo a los futuros socios en la ofici