CAPÍTULO 37: ELLA NO ERA TÚ. Isabella acariciaba el cabello de Nicholas cuando sintió la puerta cerrarse con fuerza. Su corazón dio un vuelco. Se levantó y abrió lentamente la puerta de la habitación, descubriendo que las llaves del auto ya no estaban. ―¿Se fue? ―susurró. El dolor se apoderó de su pecho al pensar en Sebastián. La idea de que él se fuera sin decir nada la hería profundamente, como una daga clavada en su corazón. Sabía que su relación era un acuerdo, pero en el fondo había comenzado a albergar esperanzas de algo más. ¿Por qué esta sensación de pérdida era tan intensa? ―Quizás es lo mejor, Isabella, quizás es lo mejor ―se dijo a sí misma, aunque no podía evitar que las lágrimas comenzaran a formarse en sus ojos. Mientras tanto, Sebastián conducía a toda velocidad, sus ma