No salí de mi oficina el resto del día, lo evité todo lo que pude exitosamente. Cada que Gabriel necesitaba algo me lo hacía saber por la línea interna y yo se lo mandaba con mi morena amiga alegando que tenía mucho que hacer, que afortunadamente, tampoco era mentira, de otro modo, ella habría continuado molestándome y me haría ir personalmente, lo que claramente estaba esquivando a toda costa. En aproximadamente un mes se celebrará una fiesta por el aniversario de la empresa, y yo soy la encargada de la organización, por lo que no me dio tiempo de pensar si quiera en mi recién descubierto sentimiento y en la pareja de mi jefe. El trabajo siempre es el mejor distractor. Hasta claro, la hora de salida, aunque esperaba que la visita no se haya alargado tanto, pero sé que mis ilusiones so