Al escuchar esas palabras salir de esa preciosa rubia, los sentimientos que me embargan son todo menos agradables. Evito por todos los medios hacer alguna mueca y decido ser profesional, después de todo, únicamente soy su asistente, es un error garrafal que trate mal a la pareja del jefe de todo esto. – El señor Nolan salió a almorzar con su hermano, seguro estará por llegar – aprieto con fuerza el brazo de Verónica para que no sea grosera y no se meta en problemas para después recoger mis cosas y ponerme de pie. Ya va siendo hora de volver a hacer mi trabajo. – Si gusta puede esperarlo sentada, no creo que tarde mucho, si me disculpa – camino a mi oficina lo más neutral que puedo. Sin embargo, cuando entro, me tomo un momento, respiro profundo, dejando descansar mi espalda en la puer