Volteo a verlo y me hace sentir más recompuesta ver sus lindos ojos azules llenos de tanta amabilidad y comprensión. Verónica tiene razón al decir que él es un hombre lleno de virtudes, y estoy muy agradecida con el destino por ponerlo en mi vida.
– Creo que el almuerzo ya no se podrá – digo al echar un vistazo al reloj. Ya quedan solo unos diez minutos para que la hora libre acabe, no sería muy prudente salir en estos momentos – Pero la cena mañana y salir el sábado con las niñas sigue siendo un buen plan, si no se presenta nada más, seria grandioso ir – le muestro una ligera sonrisa y me dirijo a mi asiento.
Creo que lo mejor que puedo hacer ahora es adelantar trabajo, quizás hasta logre salir antes hoy y comer algo antes de llegar a casa.
– Amber, no has comido nada en todo el día y
