Capítulo 20

1709 Words
El ensayo para la coreografía de presentación de las candidatas fue un desastre para Fabiana. Las concursantes saldrían vestidas con un short jean, una camiseta blanca con el símbolo del certamen y zapatillas blancas y portarían sus respectivas banderas. Ella trataba de hacer las cosas bien, pero se confundía demasiado, se chocaba con las otras chicas y el asta de la bandera se le resbalaba a cada mano de sus manos sudorosas por la tensión, incluso golpeó a la señorita Grecia y luego se estrelló con la representante de Trinidad y Tobago. -¿No puedes seguir los pasos?-, le protestó la señorita Venezuela después de darle un empellón. Fabiana se puso roja como un tomate. -Es difícil-, le dijo azorada. -Solo vas, caminas, agitas tu bandera y te das vuelta, ¿dónde está lo difícil?-, se enojó aún más la señorita Venezuela. Pero Fabiana seguía equivocándose, se confundía, hacía las cosas al revés y no lograba seguir los pasos. La profesora se enfureció mucho cuando la bandera se le cayó a a Fabi, haciendo un gran estruendo. Ella en su afán de evitar que se le fuera de las manos, trastabilló y rodó también por el piso. -¡Carajo!-, ladró la profesora colérica, tirando al suelo su tablet que se astilló lanzando sus tornillos y chips como esquirlas. Fabiana sintió las lágrimas represándose en sus ojos y salió huyendo del ensayo, rumbo a los baños donde rompió a llorar a gritos. Nancy corrió detrás de ella. Le dolió verla llorar desconsoladamente. No supo qué decirle. Besó su cabecita y le acarició sus pelos. -Ya lo harás bien, debes ser más perseverante-, le dijo tratando de darle ánimo, pero Fabiana solo maldecía su suerte. -Soy una torpe, soy una torpe-, repetía sin consolarse, llorando a borbotones. Sentía que había hecho el peor ridículo del mundo y quería que la tierra se le tragase de un solo bocado. ***** Esa tarde, deambulando por los pasadizos del hotel junto a Paola, Fabi encontró a la señorita Argentina. Navegaba en su móvil. -Y, mirá, aquí tenemos a las bellas peruanas, qué contás chicas-, dijo ella estirando su risita. -Aburridas-, se quejó Paola. -Pasando el tiempo-, dijo Fabiana, alzando sus hombros. -La pasaste mal en el ensayo, ¿viste? No te preocupes que siempre es difícil al principio después le encontrarás el hilo. Yo también fallé mucho pero la profesora no se dio cuenta-, intentó darle confianza. -Yo creía que esto sería más divertido-, se quejó Fabiana sentándose al lado de su amiga. -Si, todo es una boludez, nos prohíben muchas cosas, nos vigilan hasta lo que comemos ¿viste?-, reclamó la señorita Argentina. -¿Y tu personal?-, se interesó Paola. -Y yo solo traje a mis padres, están en otro hotel. Estados Unidos trajo casi cincuenta mujeres. Qué exagerada ¿viste?-, se divirtió Graciela. -Sí, si he visto, sonrió Fabiana, yo vine solo con dos, pero Nancy solo se la pasa durmiendo- -Y, no la culpo, esto es muy tedioso-, insistió la señorita Argentina. Fabiana se puso de pie, impulsada por un resorte, y dijo resoluta. -Entonces hay que romper las reglas-, ladró. Medina se interesó. -¿Qué pensás, piba?-, preguntó. -¡¡¡Romper la dieta!!!-, ladró Fabi. Las tres mujeres, entonces, se metieron a la cocina, aprovechando que los chefs estaban muy ocupados preparando el menú del día y cargaron con todo lo que pudieron encontrar a la mano: panecillos, frutas, verduras, chocolates, vasitos con gelatina, incluso nueces y vallas. -¡Cuidado se quemen!-, pidió un chef y otro admiraba las proverbiales nalgas de Fabiana que el minivestido que llevaba, apenas disimulaban. -Qué hermosa mujer-, atinó a decir. Graciela y Paola estallaron en risas y Fabi se puso sonrojada. Fabiana hizo fama después de eso. Las otras candidatas sintieron curiosidad por "la traviesa representante peruana" y la buscaban para charlar, conocerla y reírse. Porque Fabi era siempre un barril de risas, que no se cansaba de hacer bromas y celebrar las ocurrencias de las otras muchachas. -A los hombres ahora le dicen carpinteros-, le dijo esta tarde Fabiana a la señorita Nicaragua, cuando almorzaban. Ella se sorprendió y no tuvo respuestas. -Tienen aserrín en la cabeza y solo sirven para clavar-, dijo y estalló en carcajadas. La señorita Nicaragua se azoró y se tapó la boca, desorbitando sus ojos. Las otras candidatas que estaban en la mesa, Guadalupe, España y Japón, rompieron en estruendosas carcajadas. -¿Sabes por qué los hombres usan corbata?-, le preguntó Fabi a la señorita Paraguay, cuando se refrescaban en la piscina. Doris Bobadilla se alzó de hombros. -Ni idea-, dijo. -Porque es lo único largo que tienen, je je je ¿entiendes?-, echó a reír Fabi. Bobadilla la hundió en el agua. -Qué atrevida eres, mujer-, le reclamó en medio de sus carcajadas. Fabiana seguía riendo, sumergida bajo el agua. Así conoció a la señorita México. Fabiana, Nancy y Paola habían terminado de desayunar y se recostaron en uno de los sillones del hall a leer los diarios, cuando Vanessa López se acercó y la miró divertida. Ella estaba junto a su chaperona, una mujer edad que además la peinaba y la ayudaba en el maquillaje. -¿Tú eres peruana? Vivimos en Arequipa casi diez años-, dijo con una larga sonrisa. Fabiana se sorprendió. Se alzó y besó a Vanessa. -No conozco Arequipa pero sé que es una ciudad muy bonita-, se excusó. Nancy si había estado en la ciudad Blanca. -El Misti es impresionante-, subrayó convencida. La amistad de Vanessa López y Fabiana se hizo grande. Se juntaban siempre en los almuerzos y charlaban de muchas cosas. De música, de vestidos, de los hombres y hablaban de sus carreras. La señorita mexicana estudiaba derecho y soñaba con tener su propio staff. -Algún día conoceré a un hombre dulce que me quiera mucho-, le dijo Vanessa a Fabi mirando chapotear a las otras chicas en la piscina. No había tenido suerte en el amor. Sus dos enamorados le decepcionaron porque eran ególatras, solo preocupados por ellos. -Los hombres son siempre egoístas, reconoció Fabiana, el mundo sigue siendo machista pese a tantas reivindicaciones- -Yo vivo en Guerrero, allá es habitual matar mujeres-, le dijo Vanessa, despintando su sonrisa. Fabiana se sorprendió y descolgó su mandíbula. -En el año 2021 el promedio de muertes era entre cuatro y cinco mujeres asesinadas a la semana, imagínate-, denunció seria la señorita México. -¿Nadie hace nada?-, preguntó Fabi. -Es difícil, hay mafias, bandas, carteles. Es tierra de nadie-, subrayó Vanessa. Fabiana también le contó de los secuestros en Mayuya. Del acoso de los narcos y los terroristas y los robos sempiternos en su anexo. Vivía, incluso, a salto de mata. Vanessa y Fabiana se citaban en la madrugada para escuchar música. La señorita México había grabado sus canciones preferidas, que eran muchísimas, en un USB, y se ponían a escuchar en el cuarto de Fabi, hasta muy tarde. -Qué bonita música, se deleitaba, Fabi, no había escuchado música tan bonita- -Siempre me gustó la música, creo que tengo alma de trovadora-, reía con encanto Vanessa. También resolvían crucigramas y se probaban vestidos que habían comprado en las tiendas, durante los paseos por las calles de Ámsterdam. En los ejercicios de tai chi se unían para gastarse bromas, reírse de cualquier cosa y culebrearse ejecutando contorsiones difíciles. La profesora perdía su calma asiática viéndolas haciendo eses con sus cuerpos. En los ensayos para la presentación, Fabiana decidió pegarse a Vanessa y así evitar resbalones y empellones, porque ella le ayudaba a llevar el paso y no trastabillar. Estaba siempre pendiente de sus movimientos y por fin pudo hacer las cosas bien. Se emocionó. -¡¡¡Lo hice gracias a ti!!!-, se alborozó Fabiana. Pero Vanessa López tenía leucemia. Había logrado participar en el concurso de Miss Mundial, gracias a un convenio con los organizadores del concurso y haciendo realidad su caro anhelo y sueño de participar en un concurso de belleza. López, toda su vida, desde pequeña, había ilusionado ser una reina de belleza y estudió modelaje para cumplir su anhelo, sin embargo la enfermedad pareció truncar sus sueños. Diarios de Guerrero se enteraron del dolor inmenso de la joven y presentaron su caso a la opinión pública. Entonces una entidad privada, enterada del drama que vivía López, se contactó con la organización de Miss Mundial y solicitó la inclusión de Vanessa en el certamen ecuménico de la belleza. Melvin Douglas no dudó en aceptar, de inmediato, a Vanessa en el concurso de Miss Mundial. -Yo haré realidad su sueño-, dijo resoluto, conmovido, también, del drama que vivía la señorita México. Vanessa fue proclamada en su país en medio de una gran fiesta, emocionante, conmoviendo a todos, y viajó a Ámsterdam, convencida de llegar a la ronda final. Sin embargo la leucemia había hecho demasiado mella en ella. Fabiana adivinó que su amiga estaba ya demasiado mal cuando después de visitar el Museo Van Gogh, la vio tambaleante, famélica, muy pálida y la sonrisa ajada, exánime, sin ganas. -¿Estás bien?-, le preguntó asustada. Vanessa alzó su miradita dulce, tierna, caprichosita y estiró su sonrisita apagada. -No, Fabi, estoy mal, muy mal-, le dijo llorando. Alarmada Fabi se lo comunicó a Paola y ellas fueron donde las organizadoras para que evacúen a Vanessa. Fabiana la visitó en el hospital. Estaba extremadamente pálida, apagada y su miradita tan coqueta ahora era apenas una lágrima que le partía el corazón a Fabi. -No pude llegar a la final, Fabi-, se lamentó llorando Vanessa. Tomó su mano y sin quitarle la mirada subrayó convencida. -Pelea, pelea mucho por las mujeres Fabiana-, dijo apenitas. Fabiana lloraba, no podía represar las lágrimas y sentía sus piernas desparramarse en el suelo. -Te recuperarás, Vane, encontrarás un hombre dulce, iremos juntas a Arequipa y acabaremos con los feminicidios en Guerrero, te lo prometo-, juraba una y otra vez Fabiana, llorando desconsoladamente, a gritos, sin soltarle sus manos. Nancy la tomó de los brazos y salieron del cuarto. Se recostaron a una pared y allí abrazadas rompieron, otra vez, a llorar, sin consuelo. Vanessa López fue evacuada esa misma tarde a México. Falleció apenas una semana después, sin coronar sus sueños de ser finalista del Miss Mundial.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD