No me iré

1080 Words
He decidido callar lo que mi madre me dijo, no quiero que mi padre se sienta humillado sabiendo que ella me ha dicho que no soy su hija, dijo que era mentira, pero no le creo en absoluto. He pensado en practicarme un análisis, pero eso cuesta demasiado y no se como conseguir para hacerme el analisis, no quiero decirle a Alejandro que es posible que mi padre no sea mi padre, lo amo demasiado y no quiero ocultarle nada, pero no se como se supone que le diga que ahora está en duda si lo es o no, a mi realmente no me importa, pero no se si a él le importe o le afecte y no quiero hacerlo. ─Una semana es muy poco. ─interrumpe el médico. ─¿disculpe? ─se gira Alejandro notoriamente molesto. ─El señor Miller no saldrá del hospital, no por lo menos en dos o tres semanas, y asumo que usted desea a su padre en la boda. ─dice con recelo. ─¿qué?, creí que estaba mejor y que podríamos... ─Está mucho mejor, y estará mucho mejor en dos o tres semanas, así que... ─No hace falta que yo esté allí, no... ─Eso no señor, usted estará junto a mi ese dia o no habrá boda. ─lo abraza ella cual niña. ─Pero... ─Señor Miller... ─interrumpe Alejandro acercándose a él. ─Será un gran honor esperar por su presencia en ese día, sin usted no sería posible nada de esto. ─se inclina a él. ─No se diga mas, así será. ─abraza Evelyn a Alejandro, pero este sutilmente levanta sus manos alejándose del cuerpo de ella, algo que le causa gracia a su padre. ─Tienes una gran boda que planear. ─dice Isabel tratando de incluirse en los planes. Hablar con mi madre se hace cada vez más incómodo, ya ni siquiera sé como hablar con ella después de lo que pasó. ─¿quieres ayuda con eso? ─pregunta acercándose, pero Alejandro no le permite dar más de dos pasos antes de ponerse frente de ella, en señal de protección. ─Se hará todo lo que mi prometida desee, manos e ideas no faltaran. ─dice tratando de ser sutil al protegerla, ya que no quiere incomodar a la madre de ella. ─¡¡Excelente!! ─aplaude su padre tratando de sopesar la tensión que ya es demasiado evidente entre Alejandro e Isabel. ─Pero manténganme al tanto, por lo pronto ve a la universidad y averigua cómo puedes recuperar el semestre y mantenerte estudiando. ─insiste. ─si, pero primero quiero asegurarme de que estarás bien y... ─Yo cuidaré de tu padre, no hace falta que te sacrifiques por el. ─insiste su madre con un tono de arrogancia. ─Yo estaré bien, ve. Puedes llamar las veces que desees, contestaré el teléfono cuantas veces llames. ─sonríe para su tranquilidad. ─En ese caso... ─sonríe Evelyn. ─mantente pegado al teléfono, te llamaré todo el tiempo. ─besa su mejilla. ─te veré en la noche, pasaré a verte antes de dormir. ─Claro que si. ─tiende su mano Alejandro al padre de Evelyn. ─Yo cuidaré de ella mientras usted esté aquí. ─dice dando un apretón sutil. ─Sé que sí. ─ve a su esposa. ─confío en que lo harás. ─regresa su mirada a Alejandro. Tan pronto como Evelyn y Alejandro salen de la habitación Isabel se acerca a su esposo. ─Perdoname, debemos hablar. ─dice intentando tomar su mano. ─John... lo que dije no fue cierto, estaba molesta y fui una tonta al decir lo que dije... ─¿Es mentira?. ¿Realmente es mi hija, lo es en verdad?. ─pregunta sin mirarla. ─Lo es, jamás estuve con nadie más que no seas tu, y lo sabes. ─Dice acercándose a el. Insiste en acercarse, pero él lo evita. ─No quiero esto. ─mira su argolla. ─No quiero el divorcio, pero por ahora te pido no hablar más del tema, ni de nada que tenga que ver con el ADN de nuestra hija. Para mi lo es, y amo ser su padre. ─mira al techo con sus ojos enrojecidos. ─me lo he ganado. Soy su padre y quiero que jamás, nunca vuelvas a decir lo contrario, y si intentas, lo que sea, romperé mis votos. ─dice levantando su mirada. ─No hablaré del tema, no lo haré, pero debes perdonarme, debes... ─No debo hacer nada, no debo perdonarte, pero me casé, hice votos y promesas hasta que la muerte nos separe y es por eso que estoy aquí, me mantengo aquí. ─¿Me perdonarás algún día? —insiste. ─Lo intento, intento hacerlo desde que desperté, pero no será ahora. ─dice mirando a la pared, evita a toda costa verla. Al salir del hospital rompen el silencio. ─¿qué pasó entre tú y tu mamá? ─pregunta tratando de ser discreto. ─Te quiero decir, pero no ahora, por favor. ─dice casi a modo de súplica. ─¿Estas bien con eso? ─insiste abriendo la puerta del auto en el estacionamiento. ─Quiero ir a la universidad y... ─Pasemos a comer algo antes, no has comido nada... ─No tengo hambre, yo no... En cuanto entran al auto, después de ponerse los cinturones de seguridad y estar cómodos para salir, Alejandro se detiene un segundo y suspira. No sabe qué es lo que sucede, pero la conoce y sabe que lo que sea que haya sucedido la está afectando demasiado. ─Soy tuyo, en cuerpo y alma te pertenezco, sin importar nada. No hay, ni habrá un lugar en el mundo en el que desee estar que no sea contigo. ─toma su mano. ─anhelo ser parte de tu vida, quiero despertar cada mañana contigo a mi lado, quiero que seas lo primero que vea al despertar, pero qué sentido tiene si no te sientes cómoda al decirme lo que sucede. Evelyn evade su mirada, no sabe como decirle. ─Lo siento, sé que dijiste que lo dirás cuando lo consideres necesario, pero veo que te afecta y no lo soporto. ─suspira frustrado. ─Mi padre sufrió un infarto, porque mi madre le dijo que no soy su hija. ─dice, e inmediatamente sus mejillas se humedecen. ─No quiero que él sepa que lo sé, no me importa si es cierto o no, solo quiero que él no lo sepa. ─dice y se aferra a Alejandro con fuerza. ─Déjame ser en quien descargues todo tu peso. ─acaricia su cabello. ─por favor, permíteme ser y estar para ti. Seré lo que necesites, escucharé, hablaré, callaré. Haré y seré lo que necesites y cuando lo necesites. ─la abraza dejando escapar un largo suspiro.
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